Durante estos meses de confinamiento nos hemos convertido en auténticos expertos en sentadillas, abdominales y demás ejercicios. Poco a poco nos hemos ido haciendo a la comodidad de nuestro hogar sin que tuviéramos que salir a la calle ni pagar un euro por hacer deporte.

Hemos seguido necesitando ayuda, pero la hemos obtenido fácilmente a través de sesiones de profesionales, ya fueran en directo o en grabaciones. De ese modo, las redes sociales e internet, principalmente YouTube e Instagram, se han convertido en potentes gimnasios virtuales sin necesidad de pagar y sin personas observando atentamente lo que haces.

El gimnasio online en evolución constante

Influencers que no son expertos en la materia han publicado numerosos vídeos con los ejercicios que practican cada día, pero por suerte también contamos con verdaderos profesionales que ofrecen tutoriales y consejos para obtener información privilegiada desde casa.

Actualmente, los centros deportivos han vuelto a abrir sus puertas al público, solo que han tenido que adaptarse a la nueva situación que atravesamos y les ha tocado reinventarse. Además, ahora se han topado con otro obstáculo más que dificulta la entrada de nuevos clientes; ésta nueva competencia virtual que además de ser efectiva, es gratuita.

Debemos tomarnos muy en serio nuestra actividad física y ser conscientes de que no todo vale. De hecho, existen infinitas posibilidades adaptadas a todos los niveles y en Internet existe mucha información dudosa que no deberíamos utilizar. Que una página o un vídeo tenga muchos seguidores, no significa que sea bueno para ti. Estas sesiones deberían individualizarse para alcanzar objetivos sin que exista riesgo de lesión.

Algunos profesionales lo que hacen es regalar parte de sus servicios a través de vídeos gratuitos y, una vez se acaban, los usuarios contactan con ellos para aprender la correcta ejecución de cada ejercicio.

Ha llegado la hora de los gimnasios 2.0

Los centros deportivos saben de sobra que el fitness online está en auge y quieren hacer lo posible para no quedarse fuera. Algunos de ellos están barajando la posibilidad de hacerse un hueco en Internet y satisfacer la necesidad de un público diferente.

Trabajar una plataforma digital con contenido nuevo y actualizado basado en consejos y entrenamientos sin coste adicional para los socios es una opción planteada. También cabe la posibilidad de ofrecer servicios digitales con mensualidades más económicas para aquellos usuarios que prefieran seguir practicando deporte desde casa sin que sea necesario acudir al centro físico.

A la hora de ofrecer este tipo de servicios resulta fundamental contar con la alta tecnología. Sesiones virtuales con los mejores entrenamientos o salas con pantallas gigantes y sonido envolvente donde parezca que estamos pedaleando en un ambiente natural al aire libre son algunas de las alternativas más populares en Estados Unidos y en otros países europeos.

Incluso algunas grandes cadenas cuentan con sus propias aplicaciones digitales que permiten ofrecer programas de entrenamiento por niveles y hacer un seguimiento de los ejercicios que el usuario hace desde casa. Además, en estos casos se incluyen sesiones en directo a través de Instagram e incluso de chats para consultar cualquier duda a través de la web.

El futuro más inmediato de los gimnasios será el presencial pero con la añadidura de una alternativa online adaptada a las personas que durante el estado de alarma se han habituado a hacer ejercicio sin salir de casa.