La vuelta a la rutina tras las vacaciones supone para muchos mortales una nueva etapa de buenos propósitos. Entre ellos, eliminar los excesos veraniegos. Si tú también estás en ello, quizás te interese saber que no tienes por qué ponerte a dieta. Desde hace un tiempo hay una nueva vía ...
La vuelta a la rutina tras las vacaciones supone para muchos mortales una nueva etapa de buenos propósitos. Entre ellos, eliminar los excesos veraniegos. Si tú también estás en ello, quizás te interese saber que no tienes por qué ponerte a dieta. Desde hace un tiempo hay una nueva vía para perder peso que está a la orden del día. Hablamos del ayuno intermitente, un método que, como su propio nombre indica, consiste en alternar periodos de ayuno con solo unas pocas horas en las que está permitido comer.
Muchas celebrities lo siguen y cuentan bondades de él. Por ejemplo, Jennifer Aniston ha contado en su Instagram como ha notado grandes cambios en su salud, ya no solo a la hora de mantener la línea, sino porque la ha ayudado a reducir el estrés y a controlar los niveles de azúcar. Y no es la única. Elsa Pataky, Reese Witherspoon o Hugh Jackman también lo practican a diario. En España, la presentadora Tania Llasera cuenta cómo llegó a perder ocho kilos en un mes.
Pero, ¿en qué consiste este método exactamente? ¿Tiene verdaderamente tantas bondades como cuentan sus defensores? ¿Qué hay de los posibles efectos negativos? Pues bien. Primero hay que partir de la base de que debe hacerse a poder ser bajo la supervisión de un profesional y sin obsesionarse. Especialmente personas con diabetes, con problemas de colesterol, cardiopatías o embarazadas.
La dieta del ayuno intermitente se caracteriza por ayunar 16 horas al día (entre ellas las de sueño, así que no es tan difícil) y comer en las ocho horas restantes. Es decir, implica saltarse la cena y el desayuno, por lo que solo se puede ingerir alimentos entre el mediodía y las ocho de la tarde. Eso sí, durante las horas de ayuno se puede beber agua, café, té y cualquier bebida no calórica. Con respecto a los alimentos permitidos, no hay reglas estrictas de lo que se puede ingerir en las horas permitidas, aunque lógicamente se recomienda una alimentación saludable.
Por lo que se sabe de esta práctica hasta ahora según varios estudios, funciona de forma semajate a una dieta de restricción calórica, basándose en el sistema de trabajo de nuestro metabolismo. Así, facilita la quema de grasa, favorece la autofagia y el organismo activa los mecanismos de reciclaje interno.
Sin embargo, algunos especialistas advierten del daño que puede hacer una ingesta calórica insuficiente, además de efectos secundarios como dolores de cabeza, mareos o dificultades para mantener la concentración. Y sobre todo, tener en cuenta que dejar de comer no significa llevar una dieta saludable.
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