Si acudimos a nuestro supermercado de confianza encontraremos este ingrediente en formato de pequeño vasito o en bolsa para poder incorporar a postres, como tartas o pasteles, ya sea sin sabor o con sabor a fresas, limón, piña, etc. Pero la gelatina ya no es lo que era. Esta ha ...
Si acudimos a nuestro supermercado de confianza encontraremos este ingrediente en formato de pequeño vasito o en bolsa para poder incorporar a postres, como tartas o pasteles, ya sea sin sabor o con sabor a fresas, limón, piña, etc. Pero la gelatina ya no es lo que era. Esta ha pasado de ser una fuente de proteínas para convertirse en una rica en azúcares y edulcorantes, por lo que ya no es tan buena para la salud como se creía.
Si comparamos la etiqueta de un vasito de gelatina con la de un yogur comprobaremos que el primero tiene una cantidad de proteínas menor que el segundo. Un yogur posee 4 gramos por unidad. Y si a esto le sumamos que la gelatina cuenta por normal general con hasta unos 13 gramos de azúcares o edulcorantes (tres terrones y medio de azúcar) la situación empeora.
Según Virginia Gómez, dietista y nutricionista (también conocida como `dietista enfurecida´ en `Claves sobre alimentación para que no te dejes engañar (Zenith)) "adiós a hincharse de gelatina hasta que os duela la tripa porque la que venden ahora es una mentira tan grande que, sinceramente, no sé ni cómo desmitificarla".
Desde la Fundación Española de Nutrición también ponen el foco en que hay que tener cuidado con esta sustancia porque esta "se obtiene a partir de cocer ciertas partes de los animales como son la piel, los huesos y otros tejidos animales. Está pues formada por proteínas, aunque su valor nutritivo es incompleto, ya que carece de ciertos aminoácidos esenciales".
En el mercado también podemos encontrar además de los vasitos de gelatina otros tipos como es el caso de la gelatina de frutas que, tal y como mencionan en la Fundación Española de Nutrición, se trata de un producto que tiene su origen en la cocción de pieles y semillas. Pero también tiene otros usos: "se emplea, además de en productos farmacéuticos, en alimentación como acompañante de ciertos platos, o como modo de presentación de platos salados y también de dulces, debido a su vistosidad y variedad de colores. Además, también se suele utilizar la gelatina como espesante de líquidos como zumos o batidos. La gelatina, tanto neutra como saborizada, se encuentra en los comercios lista para preparar", exponen desde la Fundación Española de Nutrición.
Entre las bondades que se le atribuyen a la gelatina están la de contribuir al desarrollo de uñas, cabello y piel debido a propiedades como el colágeno, la de ayudar durante el proceso de digestión a digerir determinados alimentos como carnes o lácteos y la de facilitar la quema de grasas gracias a los aminoácidos.
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