De manera general, los expertos señalan que tener en cuenta algunos factores específicos, puede ayudar a evitar su aparición o recuperarse si se ha presentado. Destacarían: 1-Evita idealizar la maternidad. Tras el parto, tu vida sufrirá un cambio muy potente. El bebé se convertirá en tu prioridad y cubrir sus necesidades ...
De manera general, los expertos señalan que tener en cuenta algunos factores específicos, puede ayudar a evitar su aparición o recuperarse si se ha presentado. Destacarían:
1-Evita idealizar la maternidad. Tras el parto, tu vida sufrirá un cambio muy potente. El bebé se convertirá en tu prioridad y cubrir sus necesidades ocupará la mayor parte de las horas de tu día. Si planificas las actividades, organizas de forma adecuada tu tiempo, consigues delegar tareas y no te obsesionas con ser perfecta, podrás prevenir la aparición del estrés, la ansiedad y la depresión.
2-Es muy importante que, si en tu familia o en ti misma existen antecedentes previos de depresión o has sufrido una depresión posparto en embarazos anteriores, durante la gestación, el médico esté muy pendiente de la aparición de posibles signos precoces que pudieran indicar que algo va mal y derivarte a terapia o administrarte antidepresivos adecuados (en función de tu gestación) o compatibles con la lactancia materna tras el nacimiento del bebé.
3-Conseguir un ajuste real de tus expectativas resulta fundamental. Cualquier actividad tiene ventajas e inconvenientes, y convertirte en madre también. Tendrás buenos y malos momentos que debes afrontar con optimismo porque tus dudas son normales. Recuerda que "los niños no vienen con manual de instrucciones" y tendrás que aprender y adaptarte a diario. Actitudes que en determinados momentos te serán útiles, en la misma circunstancia no funcionarán igual. No desesperes.
4-Contar con un apoyo familiar y social te ayudará a reducir el impacto de las emociones negativas que puedas sentir con el cambio hormonal y tu nueva situación vital. La ayuda de tu pareja, amigos, compañeros de trabajo o familia, por ejemplo, pueden reducir la sensación de abandono, minimizar los síntomas, evitar su aparición o mejorar su pronóstico y facilitar que la superes si ya la padeces.
5-Participar en diferentes grupos de madres y de apoyo a la crianza (presenciales o virtuales, en función de tus necesidades), coordinados por profesionales sanitarios (normalmente psicólogos especializados), aportan información y acompañamiento a las nuevas mamás que lo precisan. Vivir el momento con personas que tienen tus mismas necesidades e intercambiar experiencias con mujeres en tu misma situación resulta muy reconfortante y previene la aparición de pensamientos negativos sobre ti misma, el mundo y el futuro.
6-Pensar en ti misma. Eres madre, sí. Pero sigues siendo una persona con necesidades propias. Recuperarte del embarazo y parto, encontrar tu momento de desconexión o disfrutar de actividades gratificantes para ti forman parte de esas necesidades que te harán sentir mejor contigo misma y te ayudarán a sobrellevar los malos momentos.
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