Mary Meskhely, Dra. en farmacia y directora creativa de la firma de alta cosmética, Delfy, comparte sus cuidados imprescindibles para asegurar un aspecto saludable, joven y luminoso:
Dieta sana y equilibrada
Los hábitos alimenticios influyen en el organismo, tanto por fuera como por dentro. Por eso es tan importante mantener una rutina que incluya alimentos como el pescado, la carne, la fruta, la verdura, etc, para lucir siempre una piel bonita.
Beber mucha agua
Suena a tópico, pero lo cierto es que no se ingiere la cantidad suficiente al día y este gesto ayuda a expulsar las toxinas acumuladas en el organismo, a la vez que mantiene las células hidratadas, evitando que la piel se seque.
Limpieza como base fundamental para preparar la piel
Un buen peeling ayudará a eliminar todas las toxinas sobrantes y pieles muertas acumuladas durante el verano debido a los efectos del sol, el salitre, la polución, etc, dejándola preparada para esta nueva estación.
Cuidar el contorno de los ojos
Para proteger esta delicada zona del viento y del frío otoñal, es recomendable llevar gafas de sol para salir a la calle, además de utilizar una crema hidratante diaria y específicamente diseñada para esta zona facial.
Usar siempre sérum
Es el producto estrella de una marca cosmética: su néctar y, por supuesto, el secreto de toda buena piel. Es un tratamiento que ofrece resultados visibles en muy poco tiempo. Además, sirve para tratar condiciones específicas de la dermis. Actúa directamente sobre el problema a tratar: luminosidad, firmeza, hidratación, exceso de sebo…Es una forma de ofrecer al cutis una nutrición intensa gracias a un cosmético concentrado.
Agua templada
Al lavarse la cara hay que tener en cuenta que el agua fría es perfecta para la piel, aunque la templada resulta la idónea durante esta época del año.
No abusar de la calefacción
El otoño es la época en la que uno se empieza a resguardar del frío bajo el confort de la calefacción, pero esto no es del todo bueno. El calor reseca el ambiente y, con ello, la piel, por lo que no es recomendable abusar de ella.
Proteger la piel del viento
El frío y la exposición al viento hacen que la piel sufra, la capa más externa se ve afectada, sufre deshidratación, pierde sus aceites naturales, se hace más fina y queda más expuesta a infecciones e irritación. Para proteger el cutis es indispensable ser muy disciplinado con la higiene facial y mantener la hidratación a raya, incluyendo en la rutina productos que contengan ingredientes muy nutritivos como el aloe vera. Un foulard también puede ser un gran aliado en esta misión.
Masajear y estimular la piel
Esta es una muy buena costumbre para facilitar su circulación. Proporciona una sensación placentera, de relajación y confort y, además, también calma, ayuda a cuidar la apariencia del rostro y reduce las tensiones del día a día. Un accesorio indispensable en cualquier neceser en un rodillo de jade o cuarzo.
Abandonar los vicios
Son malos para todo, pero para la piel lo son aún más. Le provocan sequedad o acentúan las arrugas. Por ello, lo mejor es aprovechar que, en otoño, se lleva una rutina más estricta para dejar atrás todos los malos hábitos.