La palabra earthing proviene del inglés earth (tierra) y se define como la conexión con la tierra, con la naturaleza, una práctica que está ganando muchos adeptos y a la que también se la conoce con el nombre de grounding (de ground – suelo). Así, con la idea de promover nuestro bienestar y controlar algunas enfermedades, sobre todo la inflamación asociada con una larga lista de enfermedades crónicas, esta práctica propone incrementar la conexión con la naturaleza. Porque, ¿quién no ha sentido y disfrutado lo agradable y placentero que resulta caminar descalzos en la arena de la playa?, ¿o sentir cómo las olas del mar nos acarician los pies?, ¿y el roce de la hierba cuando caminamos sobre un verde césped?

Pues estos pequeños gestos que todas hemos hecho más de una vez implican la activación de numerosas terminaciones nerviosas en los pies que, además, pueden ayudarnos a sanar nuestra alma, mejorar nuestro estado de ánimo y fomentar el bienestar general. De hecho, quien originalmente empezó a defender esta idea fue el terapeuta Clint Ober que señaló 30 minutos con los pies descalzos nos ayudaba a que las cargas eléctricas del cuerpo se equilibraran, lo cual redundaba positivamente en nuestra salud.

Por otro lado, los defensores y seguidores de esta práctica sostienen que el ser humano, primitivamente, se mantenía conectado a la tierra al caminar descalzo en todo momento. El paso de los años y la evolución lógica, nos ha hecho perder esta ancestral manera de vivir aislándonos de esta conectividad, debido al uso del calzado, las alfombras y otros materiales aislantes. Por ello, los investigadores abogan por volver a esta práctica, ya que se ha descubierto que aquellas personas que han vuelto a conectarse con la tierra han mejorado su función física, además de una disminución del cansancio, el dolor y la depresión.

Sobre todo, porque quitarse los zapatos y reconectarse con la tierra permite que las conexiones eléctricas de la naturaleza actúen en el organismo.

Beneficios del earthing

A la práctica del earthing se le atribuyen una gran variedad de beneficios, así que vamos a enumerar algunos de los más destacados:

- Desinflamación: el contacto con la tierra puede reducir la inflamación y los daños en algunas células.

- Efectos relajantes: puede ayudar a reducir la ansiedad, al promover la calma y el equilibrio del sistema nervioso.

- Libera del estrés: sobre todo, porque cuando desconectamos por un momento de las cargas de la cotidianidad, volvemos al sentido original de nuestra vida.

- Recarga las pilas: fundamentalmente, porque nos ayuda a sentirnos enérgicas al conectar con la naturaleza, de tal manera que contribuye a que nos sintamos con más energía y vitalidad.

- Sincronización del cuerpo con el horario del día y de la noche, lo que permite que podamos descansar durante la noche y sentirnos bien a la mañana siguiente.