Es importante darse cuenta de que nunca podemos controlarlo todo. Tratar de hacer eso conduce a muchas emociones negativas diferentes, cuando las cosas no salen exactamente como tratamos de forzarlas.
Hay muchas formas de aumentar tu felicidad en la vida, pero una de las más simples y tangibles es soltar el control. ¿Por qué deberíamos hacer eso y cómo empezamos? Repasaremos todo lo que necesitas saber acerca de por qué debes dejar de intentar controlar todo en su vida y qué pasos puedes dar para lograrlo.
¿Por qué a veces sentimos la necesidad de quererlo controlar todo?
El deseo de poder controlar nuestro entorno y circunstancias está arraigado en nuestra conciencia. Esto se debe a que cuanto más sabemos sobre nuestro mundo, más seguros nos sentimos. Por otro lado, cuanto menos sabemos, más miedo sentimos. La necesidad de controlar está directamente arraigada en el miedo, específicamente, el miedo a lo que podría suceder fuera de nuestro control.
Lo cierto es que, los intentos de controlar afectan negativamente nuestras vidas. Puede ser natural querer controlarlo todo, pero eso no lo hace saludable. Hay muchas maneras en las que tratar de controlar todo podría resultar contraproducente a largo plazo y puede desencadenar en emociones muy negativas.
¿Qué desencadena el exceso de control?
Aumento del estrés y la ansiedad
Las personas que intentan controlar todo pueden experimentar más estrés y ansiedad que las que no lo hacen. El simple hecho de sentirse fuera de control cuando se siente necesario tenerlo puede hacer que suba la presión arterial de una persona.
Menor satisfacción
Sentir la necesidad de tener el control y no tenerlo puede hacernos sentir insatisfechos. Además, nos puede provocar frustración. Setirnos frustradas a la larga también puede hacer que nuestra autoestima se resienta. No podemos controlarlo todo, y querer hacerlo, al final conlleva pargar un precio, en ocasiones, alto.
Más críticas
Debido a que no hay forma de controlarlo todo en la vida, preocuparse demasiado por cómo van las cosas fuera de tu control puede generar más críticas sobre todo lo que sucede. Después de todo, cuando no controlas los resultados que quieres, tiene sentido que no te gusten. Estas críticas, además, pueden ir hacia ti, y hacia el entorno o las personas que te rodean.
A su vez, ser más críticos puede volvernos más neuróticos, creando un ciclo interminable y en espiral en el que nos volvemos cada vez más infelices e insatisfechas con nuestras vidas. Y la crítica de los demás también puede ser perjudicial para las personas que lidian con estados depresivos y la ansiedad, lo que las lleva a criticarse más a sí mismas.
¡Déjate llevar y suelta el control!
Foto principal: Pexels