Tanto si le fascina la historia, le encanta el teatro, le gusta la naturaleza o el senderismo, o le gusta divertirse como un niño, hay opciones de todo tipo por Europa para ofrecerle el mejor viaje y estrechar lazos entre vosotros. Historia a raudales en la Ciudad Eterna Si tu padre es ...
Tanto si le fascina la historia, le encanta el teatro, le gusta la naturaleza o el senderismo, o le gusta divertirse como un niño, hay opciones de todo tipo por Europa para ofrecerle el mejor viaje y estrechar lazos entre vosotros.
Si tu padre es un apasionado de la historia, la ciudad de Roma le encantará. Cada esquina, cada plaza, cada edificio es un pedacito de historia patente.
Para echarle un primer vistazo a la Ciudad Eterna no hace falta que estéis muchos días. Un fin de semana largo será suficiente para descubrir las maravillas que te ofrece esta ciudad. El Coliseo, acercarte al Vaticano, echar una moneda en la Fontana de Trevi o degustar un delicioso plato de pasta en el Trastevere te permitirá captar la esencia de esta bonita ciudad. Ahora, si quieres empatarte más a fondo de todo, necesitarás de más de una visita prolongada para descubrir todos sus museos, iglesias y recintos arqueológicos.
Pocos barrios son tan teatrales como el West End de Londres. Allí se representan las mejores obras y musicales del mundo, incluida el más longevo de todos, El Fantasma de la Ópera, en cartel desde 1986.
Así que si tu padre es un apasionado del teatro es la excusa perfecta para dejaros caer por Londres. Antes de ir al espectáculo, podréis visitar la ciudad. Su Big Ben, el London Eye, Trafalgar Square, el Puente de Londres o Buckingham Palace, ir de shopping o dejarse tentar por el ambiente de cualquier pub.
Si la naturaleza es lo suyo, un viaje a Islandia puede ser lo más. Es un país donde la naturaleza es salvaje, con grandes cascadas, glaciares, volcanes y aguas termales. Es un país que invita a la desconexión del ajetreo de las grandes ciudades, a conectar con la naturaleza más pura y a descubrir parajes que parecen vírgenes. A tu padre le encantará y a ti también, aunque sea de los que no pueden vivir sin el bullicio de una gran ciudad. Ambos volveréis con otra mentalidad.
¿Puede haber un camino mejor para estrechar lazos familiares que el Camino de Santiago? Su dureza y su belleza, a partes iguales, no deja a nadie indiferente. Con la particularidad de que, si no conseguís hacerlo de una tirada, podéis intentarlo año tras año, en sus diferentes tramos, hasta conseguirlo.
Llegar a la plaza del Obradoiro tras el largo peregrinaje es una sensación difícil de olvidar. Días de cansancio, de paisajes increíbles, de pueblos encantadores y monumentos extraordinarios, quedarán en el recuerdo. Inolvidables si se hacen en compañía de un padre.
Si tu padre sigue teniendo alma de niño, Disneyland París puede ser una gran opción. Que levante la mano el que, ya siendo adulto, ha visitado el parque y no se ha sentido como un niño. Su magia está latente desde el momento en que se pone un pie en él. Un lugar para compartir con tu padre esa nostalgia de la niñez, subiendo sin parar en todas las atracciones, fotografiándoos con los personajes o degustando delicias dulces, no muy buenas para la dieta.
Al día siguiente, siempre podéis poneros más serios y visitar la extraordinaria ciudad de París. La Torre Eiffel, el Museo del Louvre, Notre Dame o el Sacre Coeur…. Al fin y al cabo, París es siempre una buena idea.