Este complejo hotelero de 5 estrellas está situado en el Pirineo Aragonés en una localización idílica, en la antigua estación de Canfranc, la cual abrió sus puertas en 1928, de la mano de Alfonso XIII. El ingeniero Fernando Ramírez de Dampierre fue el encargado de dar vida a este proyecto modernista de 241 metros de largo, equipado con 365 ventanas y 150 puertas de acceso en total (75 por cada lado). Tiempo después, en 1936 fue interrumpido el servicio ferroviario entre ambos países durante la Guerra Civil española y habría que esperar hasta el año 1940 para que volviese a reactivarse el tráfico ferroviario con motivo de la II Guerra Mundial. Aunque no sería para el transporte de viajeros precisamente, sino para enviar wolframio a Alemania y recibir oro como moneda de cambio en el territorio nacional. En 1970 un tren descarriló y el puente de L´Estanguet se desplomó y a partir de este momento este punto de comunicación quedaría clausurado. Habrá que esperar al año 2002 para que la estación sea declarada como Bien de Interés Cultural, pasando a formar parte también del Patrimonio Histórico Cultural Ferroviario.

Mediante un proyecto de rehabilitación se ha conseguido recuperar la esencia de este edificio histórico que pertenece al Gobierno de Aragón y otorgarle una nueva funcionalidad. Barceló Hotel Group está detrás de su transformación, contando con la colaboración del estudio Ilmiodesign para su interiorismo. Destaca el uso de la madera y el latón, el terciopelo que nos trasladan a los años 20 y al mismo tiempo nos lanzan un guiño al sitio que visitamos mediante la incorporación de textiles y la mezcla de colores de los trajes típicos de este lugar. Asimismo, el emblemático vestíbulo de la estación hoy en día sirve para dar cobijo a la recepción del hotel. Consta de 104 habitaciones, algunas de en formato suite, 3 salas panelables para la celebración de eventos, un espacio Wellness Spa & Fitness de 420 m2 compuesto por salas destinadas a tratamientos, una piscina climatizada y un gimnasio, así como un lugar dedicado a la gastronomía, que consta de tres restaurantes, uno destinado a la alimentación saludable y a los productos de cercanía, y los dos restantes se sitúan dentro de dos vagones contiguos rehabilitados. A esta oferta hay que sumar dos bares. Eduardo Salanova y Ana Acín, chef y directora de sala respectivamente, y expertos en alta cocina aragonesa, se colocan al frente de la experiencia gastronómica.

Imagen extraída del perfil de Twitter de Turismo de Canfranc.

Para los que no se hospedan, pero sí que les gustaría ver de cerca la arquitectura y estructura de esta significativa estación ferroviaria, podrán reservar la visita guiada por su exterior para profundizar en su historia a través de la web del Ayuntamiento de Canfranc.

FOTO PRINCIPAL.: Imagen extraída de la página web de Booking.com.