Meyk Belmonte es el nombre artístico de Gabriel González, admirador desde pequeño de los grandes pintores clásicos y sus obras cargadas de simbolismo y que ha encaminado su pasión a grabarlas en la piel. Autodidacta, a partir de los 22 años se centró en su carrera como tatuador y actualmente ...
Meyk Belmonte es el nombre artístico de Gabriel González, admirador desde pequeño de los grandes pintores clásicos y sus obras cargadas de simbolismo y que ha encaminado su pasión a grabarlas en la piel. Autodidacta, a partir de los 22 años se centró en su carrera como tatuador y actualmente trabaja a nivel nacional e internacional. El nivel que ha alcanzado como tatuador y que se puede apreciar a simple vista en sus obras le ha granjeado su reputación como uno de los artistas jóvenes más interesantes del tatuaje español.
Este joven vallisoletano destaca por su buen hacer, su amor por el arte y por ser un artista reconocido que desborda humildad en un mundo artístico con un ego bastante predominante. Meyk se ha especilaizado en el microrrealismo a color, proponiendo varios diseños disponibles de sus obras favoritas que le entusiasman y en color: "Tatuar a Klimt sin sus tonos dorados y ocres no dejaría un resultado tan fiel a su obra, no podía dejar de lado esos maravillosos colores", comenta el artista. Y nos define así su trabajo "El tatuaje para mí es un nuevo arte y una forma de vida, yo lo veo como algo más allá: una forma de expresión e incluso de decoración. Se pueden realizar piezas únicas y muy personales o, en el caso del fine line, pequeños adornos corporales puramente estéticos, es algo que no tiene límites ni barreras, único y personal".
En manos de Meyk Belmonte el tatuaje se convierte en un trazo pulido que armoniza perfectamente con la naturaleza de la propia piel.
Nacido en 1995, Meyk ha ido construyendo su obra antes incluso de dedicarse al tatuaje, cuando trabajaba con el graffiti.
El mérito del autodidacta: prueba, error, esfuerzo y ganas
Empezó pintando con óleo, carboncillo y pintura en spray, siempre fue un hobby para él y nunca estudió nada relacionado con al arte, su aprendizaje ha sido absolutamente autodidacta. Se introdujo en el mundo del tatuaje por mera casualidad, pero activó en él tal pasión que dejó su trabajo y estudios de lado para apostar absolutamente por eso.
Perfeccionó su técnica gracias a vídeos de YouTube y amigos que confiaron en él para que hiciera sus primeros tatuajes. Como todo en la vida, esto fue a base de prueba, error, esfuerzo y ganas.
Su meta principal es llegar a ser reconocido por su trabajo, encontrar ese sello personal reconocible al ver un tatuaje. Un: "ese tatuaje te lo ha hecho Meyk". Y seguir moviéndose a nivel nacional e internacional, pudiendo llegar a cumplir el sueño de acabar trabajando en Nueva York, donde están sus mayores referentes.