Los expertos señalan que la actividad física influye en el estado de ánimo y genera bienestar pero no sustituyen la psicoterapia ni los medicamentos. Entre los beneficios destacaría que:

-Cualquier tipo de movimiento reduce la aparición de depresión. No es necesario realizar un ejercicio intenso. Mover intencionadamente el cuerpo durante todo el día es suficiente (caminar, subir las escaleras o realizar tareas domésticas) para mejorar tu estado de ánimo. Para prevenir la depresión se recomienda realizar al menos 15 minutos diarios de ejercicio de mayor intensidad.

-El aumento de la actividad física suele ir seguido de un incremento de energía y de un estado de ánimo positivo porque mejora la calidad del sueño y reduce los cambios de humor.

-Incluir en tu rutina diaria mayor movimiento, permitirá reducir los síntomas de depresión y mejorará tu salud mental.

-Las actividades que involucran movimientos repetitivos de grandes grupos musculares como caminar o trotar, pueden aliviar el estrés. Busca actividades de las que disfrutes.

-Hacer ejercicio durante al menos 30 minutos diarios de tres a cinco días a la semana puede mejorar los síntomas de depresión o ansiedad. Pequeñas cantidades de actividad física, de 10 a 15 minutos, también te ayudarán.

-Los beneficios del ejercicio y la actividad física para la salud mental se presentan cuando mantienes el hábito a largo plazo.

En ocasiones, aunque somos capaces de reconocer las ventajas del ejercicio, empezar a practicarlo resulta complicado por falta de motivación. Sería recomendable:

1-Consultar al profesional de salud que lleva tu caso para resolver tus dudas y encontrar un programa de ejercicios o una rutina de actividad física adaptada a tu plan de tratamiento general.

2-Buscar una actividad gratificante. Analiza las posibilidades: las actividades físicas que más probablemente harías y el horario te ayudará a seguir haciéndolo.

3-Establecer objetivos realistas y razonables. Comienza a realizarlos de manera gradual adaptando el plan a tus propias necesidades y habilidades, evitado metas poco realistas que tienes pocas probabilidades de cumplir.

4-El ejercicio no puede verse como una obligación porque, cuando no lo cumplas, lo percibirás como un fracaso. Intenta convertirlo en una de las herramientas que te ayudarán a sentirte mejor.

5-Reconocer tus puntos débiles e impedimentos para realizar ejercicio. Cuando pienses en lo que te impide ser físicamente activo o ejercitarte, es probable que encuentres una solución alternativa.

6-Asumir que pueden presentarse problemas y no te castigues si cometes algún "fallo" porque sigues siendo capaz de mantener y cumplir tu objetivo.

Consulta a tu médico antes de empezar a practicar ejercicio y sigue sus indicaciones. Te recomendará lo que mejor se adapte a tus necesidades y capacidades reales.