La Dra. Núria Paredes, especialista en Medicina General del centro médico MGC Mutua, indica que "con la llegada del verano se incrementa la práctica de deportes al aire libre, entre los que destaca nadar en el mar, lagos y ríos, estos últimos, sobre todo en zonas del norte de España, ...
La Dra. Núria Paredes, especialista en Medicina General del centro médico MGC Mutua, indica que "con la llegada del verano se incrementa la práctica de deportes al aire libre, entre los que destaca nadar en el mar, lagos y ríos, estos últimos, sobre todo en zonas del norte de España, con aguas muy frías a pesar de estar en periodo estival".
Aunque a veces cuesta entrar, cuando aprieta el calor y tenemos un río cerca, nada mejor que entrar en el agua.
Los expertos nombran los diversos beneficios de nadar en tales aguas como quemar más calorías que en una sesión de natación en agua cálida. Cuanto más fría esté el agua, más trabajará el organismo en convertir la grasa en energía, y si además prácticas natación, el gasto calórico se multiplica.
A su vez, cuando nadamos en el agua fría, el cambio extremo de temperatura causa que el cuerpo ordene al corazón bombear más sangre a los órganos. Ofrece así una eliminación más rápida de las toxinas.
Otro de los beneficios es la reducción el estrés. Hacemos ejercicios en tales aguas y esto produce de inmediato la producción de hormonas del bienestar, y ello ofrece bienestar.
El agua fría hace que descansemos mejor por la noche. Porque induce al sueño. El agua a temperatura baja estimula el sistema nervioso parasimpático, que ayuda al cuerpo a descansar y a auto-repararse.
La Dra. Núria Paredes, especialista en Medicina General del centro médico MGC Mutua, también comenta que mejora el sistema autoinmune. Produce una mayor producción de células sanguíneas y de antioxidantes, que ayudan a combatir enfermedades como el enfriamiento común o la enfermedad cardiaca.
Al bañarse en aguas abiertas, como el mar, los ríos o los lagos, hay más peligro. Uno de ellos es la hipotermia, que se produce cuando la temperatura del cuerpo desciende por debajo de los 35ºC.
Al entrar de golpe en el agua fría cuando nuestra temperatura corporal es algo alta es contraproducente porque puede hacer que se contraigan los vasos sanguíneos y el corazón funcione más deprisa, causando jadeo y acelerando la respiración. La mejor manera de evitarlo es meterse gradualmente y de forma progresiva dentro del agua. Y mucho más si hemos comido de forma algo abundante.
"Por todo ello, para practicar la natación en agua fría lo importante es aplicar sentido común, realizándolo el tiempo adecuado, ir siempre acompañado y teniendo siempre en cuenta todas las medidas de seguridad", según la doctora.
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