El regreso de las vacaciones siempre supone una montaña rusa emocional tanto para los niños como para jóvenes y adultos. En el caso de los niños, después de un largo verano, tiene lugar la vuelta al cole; mientras que, en el caso de jóvenes y adultos, llega el momento de regresar a la rutina, al trabajo y a las actividades habituales. Se trata de un periodo de múltiples cambios, incluido un cambio estacional con la llegada del otoño, que puede llegar a afectar no solo a nivel emocional, sino también a nivel físico, y si nuestro sistema inmune no se encuentra fuerte y equilibrado, tantos cambios pueden llegar a perjudicar a nuestra salud.

"El sistema inmunológico es el encargado de la defensa de nuestro organismo frente a posibles agresiones y agentes patógenos como los virus y las bacterias. Un sistema inmune fuerte nos protege frente a las infecciones respiratorias, tan habituales en esta época del año. Por lo que, si las defensas de nuestro organismo no se encuentran en buena forma durante este periodo de transición, la exposición a gérmenes y bacterias puede afectarnos en mayor medida. Es importante por ello ofrecer a nuestro organismo algunas ayudas para vivir este cambio de estación sin contratiempos que pongan en compromiso nuestra salud.", explica Ana Ortiz, gerente del área de salud de Farmasierra.

De hecho, a partir de la `vuelta al cole´ y la vuelta a la rutina empieza a aumentar de manera sistemática la tasa de incidencia de los virus estacionales, como la gripe. Según el Sistema de Vigilancia de Infección de Respiración Aguda, la tasa de gripe en Atención Primaria en los meses de septiembre y octubre del 2022 se situó en aproximadamente 80 casos por 100.000 habitantes en España, alcanzando el pico de incidencia en la semana 52, en el mes de diciembre.

Por dicho motivo, Ana Ortiz asegura que es fundamental tomar con suficiente tiempo medidas preventivas que fortalezcan el sistema inmune, especialmente en estas fechas, con el objetivo de reducir las posibilidades de contraer gripes, resfriados y futuras enfermedades.

Cabe destacar que una persona sana, a pesar de gozar de un buen estado de salud, puede experimentar en las fechas y circunstancias comentadas situaciones que la desestabilicen emocionalmente y debiliten su sistema inmune. Con el objetivo de luchar contra los posibles enemigos de un buen regreso a la rutina, la gerente del área de salud de Farmasierra ofrece algunas recomendaciones:

Consejos para introducir en la rutina otoñal

Por un lado, mantener una alimentación completa y variada. Entre los hábitos que no debemos olvidar para enfrentar los cambios estacionales se encuentra una dieta equilibrada con variedad de colores que garanticen la presencia de múltiples vitaminas y minerales para reducir o prevenir el cansancio y debilidad. Aprovéchate de los alimentos propios de esta estación: las frutas y verduras de otoño nos aportan vitaminas y minerales indicadas para combatir el frío y activar nuestras defensas.

Además, es importante mantener el cuerpo hidratado, asegurando una ingesta de agua preferentemente de dos litros por día, así como establecer una rutina de ejercicio moderado que sea sostenible en el tiempo. Igual de aconsejable es cumplir las horas de sueño necesarias (entre 6 y 9 horas por día) para asegurar el buen funcionamiento del organismo durante el regreso a la rutina, controlar el estrés, pues la acumulación de cortisol en el cuerpo puede llegar a incidir directamente en el sistema inmune a largo plazo y tener en cuenta la posible ingesta de suplementos, que puede colaborar en el refuerzo del sistema inmune.

En la actualidad, existen probióticos, microorganismos vivos, principalmente bacterias, como la cepa probiótica Bifidobacterium longum PB-VIR que, tras ser ingerida en cantidades suficientes, mejora el equilibrio microbiano intestinal y tienen capacidad de estimular la reacción inmunitaria de nuestro cuerpo. Sobre estos probióticos, la experta afirma que el 80% de nuestras defensas se encuentran justamente en el intestino delgado. Además, la cepa mencionada ha demostrado que es capaz de generar una respuesta inmunitaria del huésped frente al virus de la gripe, reduciendo la carga viral en los pulmones y el daño pulmonar asociado, activando además la respuesta antiinflamatoria.