El estrés llega sin previo aviso. Hay momentos en los que realmente no te esperas que un maremoto de trabajo llegue y debas afrontarlo casi sin pestañear. Frente a esto ¿qué podemos hacer? Lo ...
El estrés llega sin previo aviso. Hay momentos en los que realmente no te esperas que un maremoto de trabajo llegue y debas afrontarlo casi sin pestañear. Frente a esto ¿qué podemos hacer?
Lo más importante, es comenzar bajando nuestros niveles de estrés y pánico. No queda otra. Una vez relajamos nuestro sistema nervioso podemos pensar de forma más clara y encontrar la mejor manera de afrontar los retos que se nos presentan.
La respiración profunda puede reducir el estrés y aumentar la claridad mental. Toma unos minutos cada hora para hacer algunas respiraciones profundas. Inhala profundamente por la nariz durante 4 segundos, retén el aire durante 4 segundos y exhala lentamente por la boca durante 4 segundos. Repite esto varias veces.
Dedica unos minutos cada hora para desconectar. Levántate de tu silla, estira tus músculos, y realiza algunas respiraciones profundas. Esto puede ayudar a aliviar la tensión física y mental.
La meditación de atención plena, incluso durante solo 5 minutos, puede ser efectiva. Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Cuando tu mente divague, trae suavemente tu atención de nuevo a la respiración.
Toma un momento para cerrar los ojos y visualizar un lugar tranquilo y relajante, como una playa o un bosque. Imagina todos los detalles, como los sonidos y los olores. Esto puede ayudarte a reducir el estrés.
Pon a prueba estas estrategias y descubre cuál te funciona mejor y aplícala cuantas veces necesites.
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