Los músculos se encargan de la contracción y movimiento del cuerpo. Cuando realizamos alguna actividad física, se producen contracciones musculares que permiten movilizar el cuerpo. Los músculos del sistema locomotor (musculatura de columna vertebral, abdomen y de miembros superiores e inferiores) se encargan del movimiento del cuerpo, son diversos y ...
Los músculos se encargan de la contracción y movimiento del cuerpo. Cuando realizamos alguna actividad física, se producen contracciones musculares que permiten movilizar el cuerpo. Los músculos del sistema locomotor (musculatura de columna vertebral, abdomen y de miembros superiores e inferiores) se encargan del movimiento del cuerpo, son diversos y tienen diferente funcionalidad. Destacarían los bíceps y tríceps del brazo, los abdominales de la zona central del cuerpo, los glúteos de la cadera, los cuádriceps de los muslos y los gemelos de las piernas. Todos pueden sufrir tensión o rigidez en sus fibras.
La contractura muscular define la tensión o rigidez excesiva en las fibras musculares que impide la correcta relajación del músculo. Se presenta cuando un grupo de fibras musculares se contraen de manera involuntaria y permanente, provocando dolor localizado, entumecimiento y reducción de movimiento.
Se pueden clasificar como leves o graves, dependiendo del grado de rigidez del músculo. El dolor es constante, también en reposo, y la intensidad puede variar dependiendo del grado de la lesión.
Pueden presentarse en cualquier grupo muscular del cuerpo. Lo más frecuente es que se produzcan en piernas, espalda y cuello. Las personas que hacen ejercicio de manera regular, las sedentarias y quienes realizan trabajos que incluyen movimientos repetitivos, tienen mayor probabilidad de sufrir contracturas.
Entre las principales causas de aparición de contracturas destacarían las lesiones que afectan al tejido muscular, los movimientos repetitivos, los calambres, la mala postura, la sobrecarga muscular, la deshidratación, el bajo nivel de electrolitos, los estiramientos inadecuados, los cambios hormonales, el estrés emocional, la ansiedad, la falta de actividad física y determinados problemas médicos como la artritis, por ejemplo.
Los síntomas incluyen dolor, rigidez y limitación de movimiento que pueden asociarse a insomnio e irritabilidad. De manera general, las contracturas empeorarían con el paso del tiempo, especialmente en personas mayores o con mala forma física. Se recomienda tratarlas de inmediato para aliviar los síntomas, evitar complicaciones y prevenir su repetición.
Existen varias opciones de tratamiento para las contracturas musculares entre las que destacarían:
1-Aplicación de calor o frío localmente. Ayuda a reducir la inflamación y el dolor.
2-Acudir al médico, también, si el dolor se mantiene o aumenta.
3-Fisioterapia. Puede ayudar a aliviar el dolor y la rigidez y mejorar la flexibilidad y fuerza muscular. Emplea varias técnicas (masaje, estiramientos y ejercicios) específicas y adaptadas.
4-Estiramientos. Pueden ayudar a reducir la tensión muscular y mejorar la flexibilidad.
5-Evitar actividades que empeoren la lesión.
6-Masaje terapéutico. Alivia la tensión muscular, reduce los espasmos y mejora la circulación local.
7-Medicamentos. Los relajantes musculares y los antiinflamatorios no esteroideos pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor.