Este galardón es un sueño para el chef y todo su equipo, que llega tan solo cinco años después de la apertura del restaurante en el municipio de Valdemorillo y tras dos años de arduo trabajo en un nuevo concepto gastronómico que le ha llevado a alzarse con este reconocimiento, ...
Este galardón es un sueño para el chef y todo su equipo, que llega tan solo cinco años después de la apertura del restaurante en el municipio de Valdemorillo y tras dos años de arduo trabajo en un nuevo concepto gastronómico que le ha llevado a alzarse con este reconocimiento, basado en una cuidada selección de platos en los que se conjugan la cocina de calidad, el producto de proximidad y el protagonismo de las hierbas aromáticas del campo de Valdemorillo.
En su carta, el menú cambia con cada estación y recrea la historia y vivencias de un día por la sierra, compartiendo con los comensales las emociones y sensaciones que pueden transmitir momentos como un paseo por el campo en una tarde de verano, el caer de las hojas y el olor a tierra húmeda del otoño o una charla en buena compañía al calor de la lumbre. Menús para sentir, para emocionarse y dejarse envolver en toda una experiencia en la que animan a cerrar los ojos y dejarse llevar por la magia de los fogones y quienes trabajan en ellos.
Los criterios para otorgar la Estrella Michelin están basados en la selección y calidad de los ingredientes, la creatividad y armonía de los sabores, el dominio de la técnica, la personalidad del chef plasmada en su cocina y la regularidad a lo largo del tiempo y de la propuesta en su conjunto. Cinco pasos que se cumplen a la perfección en La Casa de Manolo Franco, donde llevan la emoción y la sensibilidad por bandera, consiguiendo que sus clientes se sientan, como su propio nombre indica, en casa.
El chef y propietario del restaurante, Manu Franco, dejó su profesión como periodista de Fórmula 1 para cumplir su sueño de trabajar en la cocina, formándose en Le Cordon Bleu y aprendiendo de la mano de los mejores especialistas en materia gastronómica. Así, en 2019 recuperó el local familiar en el que su padre, Manolo Franco, abrió en 1969 el bar más concurrido de Valdemorillo y en el que durante tantas jornadas vivió en primera persona el esfuerzo de sus padres, la unión y el apoyo de todos por sacar adelante el negocio familiar. Ahora, su sueño de dedicarse a la gastronomía se ha visto recompensado con el mayor de los reconocimientos: "Este es uno de los momentos más felices de mi vida, una recompensa a mucho esfuerzo y trabajo, al talento de nuestro equipo, a la historia de esta casa y a una apuesta de vida muy arriesgada", comenta Manu Franco.
A la hora de recoger la estrella, el chef, ha dedicado este importante galardón a su padre, ya fallecido, quien ha sido el mejor espejo en el que mirarse para trabajar a diario con esfuerzo y constancia, además de agradecer a su entorno más cercano, al equipo humano que le acompaña cada día en su restaurante y a los clientes que han hecho posible su sueño: "Quiero dedicar este logro y dar las gracias a mi padre, porque es mi inspiración cada día, a mi madre por el ejemplo, a mi mujer que me sostiene, a mis hijas que son mi fuerza y a todas y cada una de las personas que trabajan y han trabajado en esta casa, pero, sobre todo, a cada cliente que hace que este sueño siga vivo y brillando", concluye.
Esta Estrella Michelin supone todo un hito para el municipio de Valdemorillo, al ser la única conseguida en su historia, además de ser la tercera en la Comunidad de Madrid.
Más información: lacasademanolofranco.com