El sueño es un pilar fundamental para nuestra salud física y mental, pero su calidad varía significativamente a lo largo de la vida de las mujeres debido a diferentes factores biológicos, hormonales y psicosociales. Un estudio reciente que evaluó la prevalencia del insomnio en la población general demostró que las mujeres ...
El sueño es un pilar fundamental para nuestra salud física y mental, pero su calidad varía significativamente a lo largo de la vida de las mujeres debido a diferentes factores biológicos, hormonales y psicosociales.
Un estudio reciente que evaluó la prevalencia del insomnio en la población general demostró que las mujeres tienen una prevalencia de insomnio 1.58 veces mayor que los hombres, según nos comenta el doctor Jesús Delgado, director médico de Lacer.
Insomnio según las etapas de la vida de la mujer
El insomnio en las mujeres puede aparecer en distintas etapas de su vida, ya sea en la adolescencia y juventud al estar relacionado con el ciclo menstrual y cambios hormonales, o también durante el embarazo (especialmente durante el tercer trimestre) y postparto.
El doctor destaca que durante la perimenopausia existe un aumento del riesgo de insomnio debido a fluctuaciones hormonales y síntomas vasomotores (sofocos). Además, en la postmenopausia los trastornos del sueño pueden persistir con un incremento del riesgo de apnea obstructiva del sueño.
A su vez, Cristina Martínez, cofundadora de Domma, hace hincapié en que el insomnio y los despertares nocturnos frecuentes afectan negativamente y de forma notable la calidad de vida, la productividad y el bienestar físico y emocional de la mujer madura -entre los 45 y los 65 años-.
Estos problemas, que padecen entre un 40% y un 60% de las mujeres durante el climaterio, provocan que durante el día puedan estar más somnolientas, cansadas o irritables y, además, incrementa la prevalencia de patologías cardiovasculares o trastornos de ansiedad y depresión, entre otros problemas de salud.
Factores que acentúan el insomnio en la menopausia
Existe evidencia que sugiere que la mitad de todas las mujeres (40-56%) reportan dificultades para dormir durante la menopausia y que hasta un 26% pueden desarrollar insomnio crónico (síntomas graves del sueño junto con deterioro diurno) después de la menopausia.
Las soluciones al problema de insomnio en esta etapa
El abordaje del insomnio en la menopausia debe ser integral, considerando diferentes factores como los hormonales, psicosociales y conductuales. El doctor acentúa que, entre las estrategias más efectivas se incluyen la terapia cognitivo-conductual, la terapia hormonal de reemplazo (THR), el uso de productos naturales, la modificación de los hábitos de vida y en casos más graves el uso de tratamientos farmacológicos (tomando siempre en cuenta diferentes aspectos de las mujeres, como la edad, estado general, comorbilidades, polimedicación y potenciales interacciones medicamentosas).
Recientemente, la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), publicó una Menoguía titulada Productos naturales en la gestión del sueño, en la que se destacan algunos aspectos importantes en el abordaje del insomnio.
Terapias
Diversos estudios han demostrado que la terapia cognitivo-conductual para el Insomnio mejora significativamente la calidad del sueño en mujeres menopáusicas y puede resultar más eficaz que tratamientos farmacológicos a largo plazo.
THR
La THR con estrógenos y progesterona mejora la calidad del sueño en la menopausia ya que ayuda a reducir la frecuencia e intensidad de los sofocos nocturnos, aumentando el tiempo total de sueño. Sin embargo, es importante recordar que la THR debe individualizarse por parte de un profesional de la salud según cada caso en particular.
Productos naturales
Por otro lado, el uso de productos naturales ha mostrado ser una estrategia complementaria efectiva en la mejora del sueño en mujeres menopáusicas. La Menoguía de la AEEM incluye la evidencia científica de varias plantas, ingredientes naturales o compuestos bioactivos con efectos beneficiosos sobre la regulación del ciclo sueño-vigilia, por ejemplo:
Melatonina
La melatonina, que es una hormona clave en la regulación del ciclo sueño-vigilia, cuya producción disminuye paulatinamente a partir de los 40-45 años, lo que contribuye a los trastornos del sueño en la menopausia. La melatonina ayuda a regular los ritmos circadianos promoviendo el inicio y mantenimiento del sueño, aumenta la fase REM y mejora la arquitectura del sueño.
Su uso combinado con otros ingredientes naturales (lúpulo, valeriana, pasiflora) ayuda a potenciar sus efectos. "En España, se comercializa como complemento alimenticio en concentraciones por debajo de 2 mg. Su buen perfil de seguridad y los efectos positivos en distintos estudios clínicos permiten considerarla como una buena opción en mujeres con insomnio", destaca el doctor.
La valeriana, pasiflora y ashwagandha también pueden ser alternativas eficaces en casos de insomnio leve a moderado.
Lúpulo
El lúpulo (Humulus lupulus), ayuda a modular los receptores GABA-A, mejorando la calidad del sueño sin afectar el rendimiento diurno. Prolonga el tiempo de sueño y reduce despertares nocturnos. "Existe evidencia de que la combinación de diferentes ingredientes naturales (por ejemplo: melatonina y lúpulo) pueden favorecer el bienestar general y la calidad de vida de las mujeres posmenopáusicas", nos explica el director médico de Lacer.
Cimicífuga
La cimicífuga (Cimicífuga racemosa), ayuda a modular la serotonina, dopamina y noradrenalina, que son neurotransmisores clave en la regulación del sueño y ha demostrado efectos positivos en la mejora de los trastornos del sueño asociados a la menopausia.
Cuando las terapias no farmacológicas no son suficientes, se pueden considerar alternativas farmacológicas siempre bajo prescripción médica como, por ejemplo, hipnóticos (agonistas GABA-A), benzodiacepinas (uso limitado) o incluso antidepresivos con efecto sedante.