La contaminación lumínica crece cada año ocultando las estrellas para aproximadamente el 80% de la población mundial, lo que convierte la observación astronómica en una actividad poco común. "Esa experiencia única de contemplar los cielos nocturnos vírgenes, alejados de las luces artificiales de las ciudades, ofrece la oportunidad de desconectar ...
La contaminación lumínica crece cada año ocultando las estrellas para aproximadamente el 80% de la población mundial, lo que convierte la observación astronómica en una actividad poco común. "Esa experiencia única de contemplar los cielos nocturnos vírgenes, alejados de las luces artificiales de las ciudades, ofrece la oportunidad de desconectar del caos diario conociendo lugares únicos en el mundo", explica Stefano Arossa, country manager de WeRoad en España e Italia.
Para ella, "este tipo de viajes se centran en parajes naturales lo más aislados posible, lo que se traduce en una escapada que mezcla tranquilidad con aventura, atrayendo a viajeros de todo tipo".
Con la existencia de apps y dispositivos de uso sencillo que hacen que la astronomía sea más accesible, cada vez más personas eligen destinos que ofrecen vistas espectaculares del firmamento. Consciente de esto, WeRoad, expertos en viajes para millennials, ha seleccionado cuatro destinos ideales para quienes quieran vivir una experiencia inolvidable bajo un cielo estrellado:
No hace falta hacer un viaje largo para disfrutar de cielos estrellados. España es uno de los mejores lugares para practicar astroturismo gracias a la baja contaminación lumínica de muchas zonas en las que disfrutar de un rincón oscuro lleno de pequeñas luces que iluminan paisajes únicos. Puedes ir a las Islas Canarias, concretamente el Teide en Tenerife que ofrece miradores astronómicos a gran altitud y Roque de los Muchachos, en La Palma, que es uno de los mejores lugares del mundo para observar las estrellas. A estos se suman otros lugares como Monfragüe en Extremadura y el famoso pueblo Aragonés Albarracín.
Para aquellos que optan por viajes más largos, Nepal es un destino ideal para practicar el astroturismo gracias a sus altas montañas -¡ojo! No aptas para todos los públicos- y sus cielos despejados. Te proponemos ir a Nagarkot, a unos 32 kilómetros al este de Katmandú, y Poon Hill, situado a más de 3.000 metros de altitud, ofrece vistas despejadas del cielo nocturno, convirtiéndolo en un lugar ideal para observar estrellas y constelaciones. No te olvides llevar una manta para tumbarte, abrigo (¡las montañas son frías!) y, si te sientes realmente profesional, una linterna roja para preservar la visión nocturna tanto para ti como para tus compañeros de observación.
A un paso desde cualquier aeropuerto nacional, Marruecos ofrece además de una cultura única, unos parajes inigualables para ver las estrellas alejados del ritmo vibrante de las grandes ciudades, lo que permite conocer la cara más tranquila y relajante de este país. Te recomendamos perderte desde las dunas de Erg Chebbi cerca de Merzouga hasta el desierto de Agafay cerca de Marrakech y las montañas del Anti-Atlas en la región de Souss Massa. Que no te engañen, aunque relaciones el desierto con calor constante, lo mejor es llevar ropa abrigada para observar las estrellas. Aquí lo mejor es seguir el consejo de tu abuela, llévate una rebequita porque en las noches desérticas, refresca.
Los mayas centraron su cultura en la astronomía y eso convierte a México en un paraíso para los amantes del cielo nocturno y la cultura de esta antigua civilización. Entre los lugares más destacados se encuentran el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir en Baja California, hogar del Observatorio Astronómico Nacional, y el Parque Ecológico Joya-La Barreta en Querétaro, reconocido como el primer espacio urbano para la observación del cielo nocturno en América Latina.