El poder de un rincón solo para ti Vivimos rodeadas de estímulos. Trabajo, familia, obligaciones, móviles… a veces da la sensación de que no hay tiempo ni para pensar. Pero tener un espacio que sea solo tuyo, aunque sea pequeño, ayuda más de lo que parece. Es un sitio donde parar ...
Vivimos rodeadas de estímulos. Trabajo, familia, obligaciones, móviles… a veces da la sensación de que no hay tiempo ni para pensar. Pero tener un espacio que sea solo tuyo, aunque sea pequeño, ayuda más de lo que parece. Es un sitio donde parar sin prisa, donde leer, escribir, respirar profundo o simplemente no hacer nada.
Y lo mejor es que no necesitas grandes reformas ni inversiones. Solo un poco de intención, algo de creatividad y muchas ganas de cuidarte.
Mira tu casa con nuevos ojos. ¿Tienes una butaca que ya no usas? ¿Una esquina junto a una ventana? ¿Ese rincón del dormitorio donde se acumula ropa? Cualquiera de esos lugares puede convertirse en un espacio para ti.
Piensa en cómo te gustaría sentirte en ese rincón: ¿relajada? ¿conectada contigo? ¿inspirada? Eso te ayudará a decidir cómo decorarlo y qué poner.
Algunas ideas:
Aquí no se trata de hacer algo que quede bien en Instagram. Se trata de crear un espacio que hable de ti. Que te invite a quedarte un rato. Que te haga sentir cómoda.
Puedes incorporar objetos con carga emocional: una foto que te gusta mucho, un recuerdo de un viaje, un jarrón que heredaste de tu abuela. Cosas pequeñas que te conecten con lo que eres y lo que te hace bien.
Y si lo decoras con calma, con cariño, ese rincón se convertirá en mucho más que un rincón. Será tu refugio.
Lo que tú quieras. No hay normas. Algunas mujeres lo usan para leer sin interrupciones, otras para hacer estiramientos suaves, escribir en un diario o simplemente sentarse en silencio con una taza de té. Lo importante es que ese momento sea para ti.
Y no hace falta hacerlo todos los días ni durante una hora. A veces, cinco minutos bastan para resetear.
También puedes adaptarlo según la estación: en invierno con mantita y velas; en verano con flores frescas y luz natural. Lo bonito es que ese rincón evolucione contigo.
Crear este tipo de espacio es, en realidad, una declaración de intenciones. Es decirte a ti misma: "me cuido, me escucho, me doy tiempo". Porque cuidar de los demás es importante, pero empezar por ti es imprescindible.
Y sí, puede parecer un detalle sin importancia. Pero ver ese rincón cada día, saber que está ahí esperándote, cambia la energía. Te recuerda que también mereces parar, respirar y reconectar.
Si llevas tiempo posponiéndolo, este es el empujón que necesitabas. Hoy puede ser un buen día para empezar. No necesitas mucho. Solo un espacio, un poco de calma y el permiso para pensar en ti.
¿Y si hoy, en lugar de recoger otra vez ese montón de ropa, lo conviertes en el rincón donde por fin vas a sentarte a hacer nada? A veces, no hacer nada es justo lo que necesitas.