La anosmia es una alteración incómoda porque ejerce efectos negativos a varios niveles y reduce el bienestar de las personas afectadas. Los especialistas señalan la existencia de un elevado porcentaje de personas que padecen hiposmia o anosmia para ciertos olores, aunque reconocen otros. El diagnóstico debe realizarlo el médico, siendo frecuente ...
La anosmia es una alteración incómoda porque ejerce efectos negativos a varios niveles y reduce el bienestar de las personas afectadas. Los especialistas señalan la existencia de un elevado porcentaje de personas que padecen hiposmia o anosmia para ciertos olores, aunque reconocen otros.
El diagnóstico debe realizarlo el médico, siendo frecuente que el paciente sea derivado a un especialista en otorrinolaringología. Suele realizar una historia clínica completa (analizará los síntomas y las posibles causas de la falta de olfato y diferenciará el grado de anosmia), un examen del interior de las fosas nasales con un rinoscopio, un análisis de sangre para detectar deficiencias nutricionales u otra enfermedad de base, radiografías de los senos nasales, una resonancia magnética o una tomografía para evaluar problemas cerebrales.
Una vez realizado el diagnóstico, pautará el tratamiento adecuado. En función de la causa (alteraciones neurológicas, obstrucción, infección o carencias nutricionales, fundamentalmente) que ha producido la pérdida del olfato, el tratamiento será diferente (corrigiendo el trastorno en sí mismo o tratando el problema específico que la ha provocado si fuera posible). Destacarían:
1-Corregir el problema específico. Si la anosmia es de origen infeccioso, suele emplearse tratamiento farmacológico (antiinflamatorios, antihistamínicos, corticoides intranasales y antibióticos, normalmente). Para las infecciones y la inflamación de los senos paranasales se administran, además, aerosoles nasales, inhalaciones de vapor y antibióticos. Si la causa es un déficit o carencia de elementos imprescindibles, suelen administrarse suplementos nutricionales que cubran las necesidades del organismo. En las alteraciones neurológicas, el tratamiento debe dirigirse a mejorar la enfermedad neurológica de base. Si existe una obstrucción, es preciso extirpar los pólipos que están obstruyendo las vías nasales. En caso de alergia, se suelen administrar medicamentos antihistamínicos.
2-En ocasiones, la anosmia no precisa tratamiento porque es una alteración temporal y la recuperación se produce de manera espontánea. Es una situación frecuente, especialmente cuando la causa es una infección viral de las vías respiratorias (como un resfriado o una gripe).
3-Cuando la pérdida del olfato es permanente, el tratamiento es diferente. Si la persona afectada conserva algún olfato, suelen irse añadiendo a los alimentos compuestos potenciadores del sabor y el olor, para estimular receptores específicos y conseguir que aumente la sensación de disfrutar con la comida.
4-Si la pérdida del olfato (y, asociada a ella la pérdida del gusto) no es bien tolerada por la persona afectada, puede ser necesario aportar apoyo psicológico y/o psiquiátrico específico.
Cuando sufres anosmia, sería recomendable seguir unas sencillas indicaciones. Se considera adecuado evitar el uso de compuestos inflamables, conservar adecuadamente los alimentos y almacenar los productos tóxicos en lugares adecuados evitando su empleo indiscriminado. Consulta al médico y sigue sus indicaciones.