Cuando llega el sol solemos olvidar las indicaciones de los colegios profesionales centradas en la protección ocular pero no deberíamos hacerlo. Numerosos estudios señalan que la exposición a una alta radiación solar (aunque sea breve) o a una baja (durante mucho tiempo) causa alteraciones en los tejidos oculares. Como consecuencia ...
Cuando llega el sol solemos olvidar las indicaciones de los colegios profesionales centradas en la protección ocular pero no deberíamos hacerlo. Numerosos estudios señalan que la exposición a una alta radiación solar (aunque sea breve) o a una baja (durante mucho tiempo) causa alteraciones en los tejidos oculares. Como consecuencia podrían presentarse afecciones oculares que pueden llegar a ser graves (cataratas, presbicia precoz, degeneración macular asociada a la edad, retinopatía visual o quemaduras, entre otras).
Los especialistas en óptica que conocen la fisiología del ojo y las peculiaridades de los cristales y monturas señalan que lo más recomendable es la prevención del daño ocular. Entre las recomendaciones que aportan los expertos destacarían:
1-Compra tus gafas de sol con garantía. Cualquier gafa de sol sanitariamente adecuada presenta determinadas características que debe cumplir según la legislación. Acude a un centro especializado, analiza la etiqueta obligatoria antes de elegirla y opta por la que incluya todas las normas pautadas por las directivas sanitarias españolas y europeas.
2-Considera todas tus necesidades. Analiza y consulta las propiedades ópticas de la gafa. Observa si se adapta correctamente a la forma de tu cara y a la actividad que desarrollas, No pienses únicamente en lo que te gusta, te queda mejor o está de moda.
3-Selecciona el color del cristal. Es muy importante para que se adapte a tus necesidades reales. Presenta unas propiedades ópticas que lo convierten en un elemento más o menos adecuado a cada situación. El verde estaría indicado para realizar deportes náuticos o de invierno como el esquí y el gris lo estaría para la conducción en condiciones normales de luminosidad, en ambientes con iluminación irregular y para quienes padecen fotofobia.
4-Escoge alguno de los procedimientos específicos que pueden mejorar las propiedades ópticas de la lente. Entre las opciones más frecuentes se encuentra la polarización (indicada para evitar deslumbramientos eliminando reflejos horizontales) o el fotocromatismo (modifica la claridad percibida en función de la intensidad luminosa).
5-Utiliza gafas de sol todo el año. No están pensadas para usarla únicamente en verano, aunque es cuando más las utilizamos porque percibimos la molestia de los rayos de sol. Es imprescindible que te acostumbres a ellas y te sientas cómoda para poder ponértelas siempre porque la radiación solar está presente todos los meses del año, aunque sea con menor intensidad.
Acude a tu óptica. Tu óptico-optometrista te ayudará a elegir la gafa más adecuada a todos los niveles. Cuando detectes algún problema, consulta a un especialista y cambia de gafas porque es fundamental para mantener tu salud ocular.