El domingo por la tarde tiene algo especial. Es ese momento en el que el cuerpo empieza a bajar el ritmo, pero la mente ya se adelanta al lunes. A veces lo vivimos con nostalgia, otras con ansiedad por todo lo que está por venir. Pero, ¿y si transformáramos ese ...
El domingo por la tarde tiene algo especial. Es ese momento en el que el cuerpo empieza a bajar el ritmo, pero la mente ya se adelanta al lunes. A veces lo vivimos con nostalgia, otras con ansiedad por todo lo que está por venir. Pero, ¿y si transformáramos ese día en un espacio de cuidado personal?
En medio del ajetreo diario, muchas veces nos olvidamos de nosotras. Y no hablamos de grandes gestos, sino de esos momentos sencillos en los que parar, respirar y reconectar con lo esencial se vuelve necesario. Los domingos, con su ritmo más pausado, son una oportunidad perfecta para hacerlo. No como una tarea más que cumplir, sino como un regalo que nos damos.
Crear un ritual de domingo no tiene nada que ver con seguir normas estrictas. Tiene que ver con escucharte: ¿qué necesitas hoy? ¿Descansar? ¿Cuidar tu piel? ¿Ordenar tu espacio? ¿Soltar lo que te pesa? La idea es dedicarte un rato para ti, sin exigencias ni culpa. Porque estar bien contigo es el mejor punto de partida para cualquier semana.
Aquí te compartimos algunas sugerencias para crear tu propio ritual de domingo. Puedes adaptarlas, combinarlas o inventar las tuyas. Lo importante es que te hagan bien.
1. Organiza sin presión
Dedica unos minutos a revisar la semana que entra: tu agenda, tus citas, lo que necesitas preparar. No se trata de adelantar trabajo, sino de quitarte carga mental. Tener claridad reduce la ansiedad. Puedes anotar tus tres prioridades de la semana y dejar espacio también para lo que te ilusiona.
2. Mueve el cuerpo con suavidad
Una caminata al aire libre, una sesión corta de yoga o unos estiramientos con música suave pueden ayudarte a liberar tensiones acumuladas. No hace falta ir al gimnasio ni hacer una rutina exigente: basta con moverse desde el placer, no desde la obligación.
3. Mima tu piel
Un baño templado con sales, una mascarilla casera, un automasaje con aceite corporal o simplemente una limpieza facial más consciente. Cuidar la piel también es una forma de cuidar cómo nos sentimos. Hazlo despacio, disfrutando del contacto, sin prisas.
4. Cena ligero y nutritivo
Elige alimentos que te reconforten y te preparen para un buen descanso: una crema vegetal, un tazón de sopa, un yogur con avena, una infusión relajante… Comer bien por la noche no es solo salud, es autocuidado en forma de plato caliente.
5. Crea ambiente en casa
Baja las luces, enciende una vela, pon música que te relaje, ordena un poco tu espacio si te apetece. El entorno influye mucho en cómo te sientes. Haz de tu hogar un refugio amable, aunque solo sea durante una hora.
6. Escribe lo que necesites soltar
Coge un cuaderno y escribe. No tiene que ser bonito ni perfecto. Puedes anotar algo por lo que estés agradecida, una intención para los próximos días, o simplemente soltar lo que te preocupa. Escribir te ayuda a vaciar la mente y a escuchar tu voz interior.
Los domingos no tienen por qué ser un recordatorio de lo que se acaba, sino una puerta para empezar de otra manera. Crear un ritual para ti, aunque solo sea de media hora, es una forma de ponerte en el centro sin dejar de cuidar a los demás. Es recordarte que mereces descanso, pausa y cariño. Y que cuidar de ti no es egoísmo: es la base para estar bien en todo lo demás.
Así que este domingo, antes de entrar en modo lunes, regálate un rato. Siéntate contigo. Respira hondo. Y haz algo que te haga sentir bien, aunque sea pequeño. Porque esos gestos cotidianos, casi invisibles, son los que sostienen el bienestar real. El que nace de dentro y dura toda la semana.