Lo que te pones habla de ti (y para ti) Cada mañana, delante del armario, no solo elegimos un look. Elegimos cómo queremos sentirnos… o cómo necesitamos sentirnos. Hay días en los que buscamos fuerza: un pantalón estructurado, un color vibrante. Y otros en los que necesitamos recogernos: ropa suelta, tejidos ...
Cada mañana, delante del armario, no solo elegimos un look. Elegimos cómo queremos sentirnos… o cómo necesitamos sentirnos. Hay días en los que buscamos fuerza: un pantalón estructurado, un color vibrante. Y otros en los que necesitamos recogernos: ropa suelta, tejidos suaves, nada que apriete. ¿Te has parado a pensarlo?
Vestirse según el estado emocional no es superficial. Es una forma de decirte a ti misma: "te veo, te escucho, estoy contigo". Igual que hay momentos en los que el cuerpo te pide sopa calentita o música suave, también hay tejidos, cortes y colores que sintonizan con lo que llevas dentro. Vestir en consonancia con lo que sientes es una forma de validar tu momento sin juzgarlo.
Aquí van algunas ideas que puedes empezar a aplicar ya mismo:
La moda emocional no trata de seguir tendencias, sino de seguirte a ti. No todos los días tenemos la misma energía, ni las mismas ganas, ni las mismas necesidades. Y está bien. Vestirte desde la emoción es una forma de presencia. Una manera de acompañarte, incluso cuando no tienes muchas fuerzas.
Permítete días de ropa acogedora. Permítete días de color. Días de "hoy me quiero sentir fuerte" y días de "hoy solo quiero suavidad". Porque elegir lo que te pones no debería ser una imposición estética, sino una herramienta más de cuidado personal.
Vestirse bien no siempre es vestirse "perfecta". A veces, es tan simple como elegir lo que tu cuerpo y tu corazón necesitan ese día. Porque cuando una prenda te abraza, cuando te acompaña sin exigirte… también te estás eligiendo a ti. Y eso, se nota en la piel, en la actitud, en cómo caminas por el mundo. Así que pregúntate: ¿qué necesitas hoy? Y vístete con esa respuesta.