En la vorágine del siglo XXI, ser madre es un desafío que va mucho más allá de la propia crianza. Es ser superheroína, ejecutiva, gestora del hogar, compañera, amiga y, a menudo, olvidarse de sí misma. Pero, ¿sabías que este estrés constante puede estar pasando factura a tu sonrisa? Un estudio ...
En la vorágine del siglo XXI, ser madre es un desafío que va mucho más allá de la propia crianza. Es ser superheroína, ejecutiva, gestora del hogar, compañera, amiga y, a menudo, olvidarse de sí misma. Pero, ¿sabías que este estrés constante puede estar pasando factura a tu sonrisa?
Un estudio publicado en el Journal of Dental Research (2022) demostró que las mujeres con altos niveles de estrés tienen un 65% más de probabilidades de desarrollar problemas periodontales. La investigación, que siguió a más de 1.200 madres trabajadoras, reveló conexiones fascinantes entre el agotamiento emocional y la salud bucal.
La doctora Irene Esteve, odontóloga y experta en estética dentofacial comenta que "el estrés, al igual que otras afecciones, afecta en un grado muy importante la salud oral". Más allá del conocido bruxismo, y todo lo que entraña este trauma, desgaste del esmalte, fractura los dientes, los vuelve sensibles y los amarillea. "Cuando el estrés se instala en nuestras vidas, debilita tus defensas y crea el escenario perfecto para que las bacterias dañinas proliferen en tu boca. El resultado: periodontitis (una inflamación que devora lentamente el hueso que sostiene tus dientes) y, si no se coge a tiempo la posibilidad de la pérdida de la pieza", advierte.
Pero hay más. El estrés crónico reduce dramáticamente la producción de saliva, provocando xerostomía o "boca seca". Sin esta protección natural, explica Esteve, "tus dientes quedan vulnerables a la desmineralización, acelerando su deterioro".
Por todo ello, la odontóloga deja claro que los efectos del estrés en nuestra boca son más que una simple coincidencia, y se basa en tres factores. "El 47% de las madres modernas aprietan o rechinan los dientes durante la noche, provocando desgaste dental prematuro y dolor mandibular", comenta sobre lo que denomina bruxismo silencioso.
Por otro lado, el estrés compromete el sistema inmunológico. "El cortisol, hormona del estrés, debilita las defensas de las encías, aumentando la vulnerabilidad a infecciones e inflamaciones", expone Irene Esteve. Y en tercer lugar, tiene como consecuencia un descuido del propio autocuidado. "Entre reuniones, tareas escolares y gestión del hogar, el ritual de higiene bucal se convierte en una tarea más por completar".
Ante este escenario, un estudio de la Universidad de California publicado en Oral Health & Preventive Dentistry (2023) confirmó que las intervenciones de manejo del estrés pueden reducir significativamente los problemas periodontales en mujeres.
Asimismo, la experta en estética dentofacial nos da unas prácticas sencillas para reducir esos posibles problemas bucales que se pueden originar por el estrés cotidiano. Una de ellas es el Mindfulness Bucal, es decir, "dedica cinco minutos diarios a una limpieza consciente y relajada". De igual modo, las técnicas de respiración "pueden ayudar a reducir el bruxismo y la tensión mandibular". Por último, pero no menos importante, la odontóloga recuerda la importancia de los chequeos preventivos. "Visita al dentista cada seis meses, no como una obligación, sino como un acto de amor propio", concluye.