A nivel nutricional, los huevos se clasifican en diferentes clases. Los pertenecientes a la clase L aportan 85 calorías y contienen, aproximadamente, el 7% de la cantidad de proteína diaria recomendada, vitaminas (A, B8, B12, D y ácido fólico, fundamentalmente) y minerales (hierro, fósforo, selenio, yodo y zinc, especialmente) en ...
A nivel nutricional, los huevos se clasifican en diferentes clases. Los pertenecientes a la clase L aportan 85 calorías y contienen, aproximadamente, el 7% de la cantidad de proteína diaria recomendada, vitaminas (A, B8, B12, D y ácido fólico, fundamentalmente) y minerales (hierro, fósforo, selenio, yodo y zinc, especialmente) en diferentes proporciones.
El huevo se considera un ingrediente típico de la alimentación. Resulta habitual en numerosas recetas y se puede emplear en cualquier parte del menú: primer plato (ensalada con huevos cocidos), segundo plato (pescado empanado), postre (natillas) o picoteo (tortilla), por ejemplo.
Es preciso garantizar un consumo es saludable y evitar problemas asociados a su incorrecta manipulación siguiendo una serie de recomendaciones que aportan los especialistas. Destacarían:
1-Compra. Cuando los compres, debes observar que se encuentren intactos y limpios, es decir, su cáscara debe estar impoluta. No compres los que presenten moho en la cáscara o estén rotos en el momento de su adquisición, porque no deben ser consumidos.
2-Almacenamiento en casa. Al llegar a casa, se recomienda guardarlos en la nevera inmediatamente y no mantenerlos a temperatura ambiente, aunque estén así en el local en que los has comprado. La humedad no debe ser superior al 80% para evitar el crecimiento de hongos y microorganismos que los deterioren. La temperatura ideal debe mantenerse entre 1 y 10ºC sin llegar nunca a la congelación. Tampoco se deben lavar antes de guardarlos en la nevera para evitar que la superficie se quede húmeda y se produzcan alteraciones en su interior.
3-Consumo. En el momento de consumirlos debes lavarlos bajo el chorro de agua fría y cascarlos en un recipiente diferente a aquél en el que los vas a batir o que contenga otros alimentos. Tampoco debes reutilizar ese recipiente antes de lavarlo adecuadamente hasta eliminar cualquier resto de huevo que haya podido quedar adherido a él.
4-Transporte. Si vas a llevar algún tipo de comida con huevo para consumirla fuera de casa es preciso mantenerla a una temperatura adecuada para evitar que se estropee. Utiliza recipientes aptos para alimentos y mantenlos cerrados herméticamente. Emplea una nevera si van a tener que estar a temperatura ambiente (o elevada). El principal riesgo alimentario por el consumo de huevos o sus derivados (postres o salsas, por ejemplo) es la infección por Salmonella (conocida como salmonelosis), una bacteria que se puede transmitir al hombre a través de los alimentos. Cuidado, sobre todo, en época de calor y, si se presenta algún síntoma, acude al médico.
5-Indicaciones específicas. No supone ningún problema la presencia de alguna pequeña mancha de sangre en su interior (que puede retirarse con un cuchillo limpio) o la presencia de nubes en la clara (suelen deberse a la frescura del huevo). Deben desecharse los huevos que presenten un olor extraño o un sabor raro una vez abiertos o al probarlos tras ser cocinados.