Los especialistas señalan que, para quienes viven una gestación sin complicaciones sería recomendable, de manera general: 1-Aprovechar las ventajas que aporta el agua. Sus beneficios ya se han reconocido. Pasea por la orilla del mar para activar tu circulación y reducir la retención de líquidos. Báñate en la piscina y haz ...
Los especialistas señalan que, para quienes viven una gestación sin complicaciones sería recomendable, de manera general:
1-Aprovechar las ventajas que aporta el agua. Sus beneficios ya se han reconocido. Pasea por la orilla del mar para activar tu circulación y reducir la retención de líquidos. Báñate en la piscina y haz ejercicios con las piernas para favorecer la circulación de retorno. Nada todo lo que puedas. Acude a un balneario y realiza algún ejercicio en el agua que mejore tu espalda o tus problemas de ciática si los padeces.
2-Controlar la temperatura. No salgas en las horas de más calor. En realidad eso no es bueno para nadie, esté o no embarazada. Si la zona en que vives o veraneas presenta una temperatura alta, procura quedarte en casa, fresquita y no salir hasta que se haya reducido.
3-Cuidar tu piel. Protégete previamente con un buen fotoprotector y, tras la exposición solar, utiliza un after sun adecuado. No llega con que sea hidratante; es necesario que nutra, regenere y repare tu piel para evitar la aparición de estrías o alteraciones dérmicas debidas al normal incremento de volumen abdominal que acompaña a la gestación.
4-Exponerse al sol. Evita el exceso de radiación. Es mejor que no te tumbes en la toalla y pases las horas ahí porque, debido a los cambios en tu estado hormonal, pueden salirte manchas que después no desaparecerán. Utiliza un protector solar con factor elevado y procura mantenerte a la sombra la mayor cantidad de tiempo posible.
5-Mantener una postura adecuada. Siéntate cómodamente. No es cuestión de que vayas dando pena a los demás o adoptes extrañas posturas, pero tu cuerpo debe estar bien colocado. Elige sillas rectas con las que puedas apoyar los pies en el suelo y no caigas en el error de aceptar una hamaca de playa o una tumbona por no resultar pedante. Tu espalda te agradecerá todos los cuidados que puedas aportarle.
6-Seleccionar ropa y calzado. Utiliza ropa cómoda y ligera, que no te apriete, de colores claros y de materiales naturales (lino o algodón, por ejemplo). Resulta adecuada para reducir la sensación de calor y el sudor que provoca la alta temperatura. Elige un calzado de piel, cómodo y amplio que no te apriete y te permita reducir la hinchazón de los tobillos que suele presentarse durante el embarazo.
7-Viajar. Salvo indicación contraria del médico, puedes hacerlo. Si viajas en coche, procura parar cada hora y media como máximo. Cuando se trate de una distancia larga, será un poco latoso porque tardaréis más en llegar al destino, pero tus piernas se merecen el descanso. Bájate del coche, estíralas y camina un poco por una zona segura.