Una definición de sensibilidad a la ansiedad se centra en el miedo a las sensaciones físicas asociadas a la activación del sistema nervioso simpático debido a las consecuencias negativas (en el ámbito físico, cognitivo y social) que puede tener esa activación. Se refiere a una predisposición relativamente estable, aunque modificable, ...
Una definición de sensibilidad a la ansiedad se centra en el miedo a las sensaciones físicas asociadas a la activación del sistema nervioso simpático debido a las consecuencias negativas (en el ámbito físico, cognitivo y social) que puede tener esa activación. Se refiere a una predisposición relativamente estable, aunque modificable, que produce un aumento o amplificación de los niveles previos de ansiedad.
Los datos procedentes de investigaciones sobre sensibilidad a la ansiedad coinciden en señalar su importancia en el desarrollo de la ansiedad por la enfermedad y apoyan la idea de que existe un componente ansioso en la hipocondría (que situaría a este trastorno en un punto intermedio entre los trastornos del espectro obsesivo-compulsivo y los de ansiedad).
A nivel cerebral, es la amígdala la encargada de activar la respuesta de miedo o ansiedad y el hipocampo almacena los recuerdos emocionales, que en este caso, resultan amenazantes. Cuando ha pasado la situación de peligro, el cerebro desactiva la respuesta de miedo y ansiedad y todo vuelve a la normalidad.
La sensibilidad a la ansiedad se ha propuesto como variable transdiagnóstica, común a los trastornos emocionales (entre los que se incluye la ansiedad por la salud) y a otros muy diferentes (como los relacionados con el sueño). En muchos pacientes con diversos trastornos de ansiedad, la sensibilidad a la ansiedad actúa como mediadora entre la gravedad del insomnio y los comportamientos típicamente asociados a él (conductas de seguridad, creencias disfuncionales sobre el insomnio y cansancio físico), lo que sugiere que la sensibilidad a la ansiedad actuaría como factor de mantenimiento de los problemas del sueño.
En la ansiedad por la salud, los tres componentes de la sensibilidad a la ansiedad, el cognitivo (preocupaciones y pensamientos intrusivos sobre la salud, especialmente la salud mental), el social (consecuencias de la pérdida de salud) y el físico, se han mostrado especialmente importantes. La ansiedad por la salud se asocia con la sensibilidad a la ansiedad y con las creencias disfuncionales características del trastorno. Los componentes cognitivo y social parecen estar vinculados con la ansiedad por la salud, lo que avala el planteamiento de que se incluyen la salud física y la salud mental. La ansiedad por la enfermedad y del miedo a contraer enfermedades, la sensibilidad a la ansiedad (especialmente el componente físico) y la ansiedad por la salud, se asocian con la intolerancia a la incertidumbre y otros trastornos.
La Terapia Cognitivo Conductual se centra en cambiar conductas disfuncionales. Conocer la sensibilidad a la ansiedad y sus diferentes perfiles facilita entender por qué la ansiedad (una emoción diseñada para protegernos) se convierte en una fuente de sufrimiento y limita nuestra vida. La aplicación de técnicas personalizadas facilitará la mejoría de los pacientes.