Para poder sentir el bienestar que debería acompañar a esta nueva etapa, sería recomendable realizar ciertos cambios en tu rutina porque, aunque no lo creas, es posible disfrutar de la vida cotidiana. Descansar correctamente, no encerrarse en casa o lugar de trabajo, reunirse con amigos, practicar ejercicio adaptado al estado ...
Para poder sentir el bienestar que debería acompañar a esta nueva etapa, sería recomendable realizar ciertos cambios en tu rutina porque, aunque no lo creas, es posible disfrutar de la vida cotidiana. Descansar correctamente, no encerrarse en casa o lugar de trabajo, reunirse con amigos, practicar ejercicio adaptado al estado físico real, comer e hidratarse adecuadamente, reducir el estrés o planear nuevas actividades, por ejemplo, pueden ayudar a conseguirlo.
La alimentación se considera fundamental para conseguir sentirse bien. Es posible que hayas ganado peso durante el verano, pero no es buen momento para iniciar una dieta (sin control por el especialista). Renunciar a ciertos alimentos (para conseguir adelgazar y perder esos quilos ganados) podría generar una excesiva tensión que incidirá negativamente en tu estado de ánimo. Puedes disfrutar de un capricho sin estar sufriendo por hacerlo. Relájate y piensa en perder peso de una manera progresiva y saludable.
Los especialistas señalan que sería recomendable incluir alimentos que incrementen la energía perdida y generen un estado de ánimo positivo, excluyendo los que no se consideren sanos (centrándote en las indicaciones de tu médico en función de tus necesidades reales). Entre las recomendaciones destacarían:
1-Consultar al médico. Si te sientas mal por encontrarte incómoda con la vuelta a la rutina o por ser una afortunada que tiene trabajo cuando tus amigos y familiares no lo poseen, coméntale lo que sucede y lo que sientes. Podrá indicarte los pasos a seguir y si necesitas algún tratamiento farmacológico (o no) para poder resolverlo de manera adecuada. Evita la automedicación y no recurras al consumo de suplementos innecesarios.
2-Evitar beber alcohol. Su empleo como remedio para la tristeza no es conveniente porque es un depresor del sistema nervioso central y genera un efecto contrario al deseable.
3-Incluir alimentos ricos en proteínas (huevo, carne, pescados o legumbres, por ejemplo) en todas las comidas. Se considera que facilitan la recuperación de energía que percibes reducida y ayudan a quemar calorías de manera natural. Incluye jamón serrano, huevos cocidos o pavo como fuente de proteínas en el desayuno si la indicación médica no es contraria a su consumo.
4-Limitar el consumo de azúcar y evitar utilizar azúcar refinado. No se recomienda endulzar las comidas y bebidas o, si es necesario hacerlo, usar un sustituto sano (como la miel).
5-Reducir el consumo de cafeína. Sustituir el café por un té verde (rico en antioxidantes), sin abusar de su consumo. La cafeína es un compuesto excitante y no tiene sentido aumentar tu nerviosismo o el malestar que percibes al tener que volver a adaptarte a la rutina.