De manera general, la negativa de los niños a ir al colegio suele estar basada en un miedo irracional. La expresión de malestar suele centrarse en quejas sobre dolores de cabeza, de garganta o de estómago justo antes del momento de salir hacia el colegio. Esos dolores mejoran milagrosamente cuando ...
De manera general, la negativa de los niños a ir al colegio suele estar basada en un miedo irracional. La expresión de malestar suele centrarse en quejas sobre dolores de cabeza, de garganta o de estómago justo antes del momento de salir hacia el colegio. Esos dolores mejoran milagrosamente cuando se puede quedar en casa y vuelven a aparecer a la mañana siguiente, de nuevo, antes de ir al colegio.
Los especialistas señalan que, para entender las razones por las que los niños no quieren asistir al colegio, sería recomendable:
1-Analizar los cambios que se han producido en casa o en el ambiente familiar. Es muy frecuente que no quieran ir al colegio cuando, tras la llegada de un hermanito, tienen que salir de casa dejando a su madre con ese bebé o tras pasar un largo período de tiempo en casa en compañía de su mamá (las vacaciones de verano, días de fiesta o tras una breve enfermedad, por ejemplo).
2-Descartar la existencia de problemas físicos o psicológicos. El niño puede estar sufriendo algún problema médico que debe ser consultado a su pediatra para recibir las indicaciones oportunas. Es importante descartar la presencia de ansiedad de separación (el malestar que presentan el niño y los padres cuando tienen que dejar de verse por diferentes motivos).
3-Haber tenido algún problema en el colegio. Puede existir algún problema con sus profesores, compañeros de clases o cualquier otra persona que trabaje en el centro. Intenta descubrir lo que sucede desde la calma y hablando con afecto y amabilidad para que el niño se sienta seguro para expresarse con libertad. Transmítele que no te enfadarás ni lo castigarás por contarte si ocurre algo malo para que perciba que puede confiar en ti.
4-Identificar el momento en el que dejó de querer ir al colegio cuando previamente no manifestaba ningún problema para asistir. Puedes hacerlo tú misma intentando recordar cuándo empezó el problema y los eventos que sucedieron en esa época (cambios significativos en su dinámica personal, problemas familiares o cualquier tipo de situación que te parezca de interés, por ejemplo). Establecer la cronología te servirá de ayuda para poder descubrir si algo le pasó, aunque no haya sido en el colegio, porque los niños no saben gestionar sus emociones de manera adecuada y tienden a transferir su malestar a otros ámbitos.
5-Investigar si les sucede a otros niños. Pregunta a padres conocidos si sus hijos tampoco quieren ir al colegio. Si es así, podría ser debido a un problema generalizado con un profesor o un compañero de clase.