Las emociones se describen como reacciones rápidas, complejas, intensas, asociadas a un suceso real, imaginado o recordado. Son difíciles de controlar por quien las siente y nos empujan a realizar una acción de manera irreflexiva. Cuando se habla de emociones, los especialistas señalan que: 1-La reacción emocional. Es lo que cada ...
Las emociones se describen como reacciones rápidas, complejas, intensas, asociadas a un suceso real, imaginado o recordado. Son difíciles de controlar por quien las siente y nos empujan a realizar una acción de manera irreflexiva.
Cuando se habla de emociones, los especialistas señalan que:
1-La reacción emocional. Es lo que cada persona experimenta a nivel corporal cuando se presentan determinadas situaciones.
2-Los sentimientos. Serían los aspectos subjetivos de las emociones, es decir, lo que la persona siente en su interior y que únicamente ella puede conocer directamente. Algunos expertos describen los sentimientos como la sensación que queda de las emociones, menos intensa pero más duradera.
3-Una emoción estaría compuesta de cambios físicos (sofoco, ahogo, palpitaciones o un nudo en la garganta, por ejemplo, que pueden observarse o medirse) y de estados mentales o subjetivos (por ejemplo los sentimientos de frustración).
4-Carga afectiva. Componente esencial que les aportaría un valor positivo o negativo al percibirlas como agradable o desagradable, de atracción o rechazo.
5-La vertiente interna. Se considera una especie de termómetro en el que se detectaría nuestro estado de ánimo, es decir, cuáles han sido y son nuestras alegrías y nuestras penas. La persistencia de los sentimientos y el recuerdo de emociones pasadas nos permiten realizar un balance de nuestro estado de ánimo en cualquier momento para valorar cómo nos sentimos y aplicar esa valoración (un día, una semana, un año, una relación sentimental o la vida).
6-La vertiente externa. Sería la valoración subjetiva que hacemos respecto a lo bien o mal que estamos con otra persona o los beneficios o perjuicios que aporta una relación. Se reflejaría en un equilibrio (o desequilibrio) entre los miembros de una pareja, por ejemplo. En ocasiones, el cómputo afectivo y un desequilibrio indeseado pueden convertirse en una obsesión y recuperar el equilibrio generaría exigencias que acaban destruyendo a la pareja.
7-Los pensamientos. Son ideas basadas o no en la realidad que se asocian a la memoria y a la imaginación. Los pensamientos y los recuerdos pueden provocar emociones.
8-Las emociones no sociales o primarias (alegría, miedo, tristeza o asco). Aparecen en etapas iniciales del desarrollo, son más elementales y se consideran comunes a muchas especies.
9-Las emociones sociales. Aparecen a lo largo del desarrollo humano (en la infancia, la adolescencia y la adultez) y a lo largo de la evolución de la especie. Cumplen distintas funciones y, especialmente, se encargan de regular las relaciones entre las personas, buscando el beneficio del grupo, limitando los deseos o aspiraciones de cada uno de los individuos que lo conforman. Responden a normas o reglas culturales que especifican lo que es y lo que no es aceptable en sociedad e influyen en lo que los demás miembros piensan sobre lo que uno hace o no hace. Los celos, por ejemplo, se consideran emociones sociales porque van ligadas a situaciones interpersonales.