Puede definirse onicofagia como la conducta de comer o morderse las uñas, fundamentalmente de las manos, con los dientes. Esta actitud puede ser considerada una manía o tener una causa emocional y conductual. Las causas no están claras, pero se cree que están relacionadas con factores psicológicos (estrés, ansiedad, aburrimiento ...
Puede definirse onicofagia como la conducta de comer o morderse las uñas, fundamentalmente de las manos, con los dientes. Esta actitud puede ser considerada una manía o tener una causa emocional y conductual. Las causas no están claras, pero se cree que están relacionadas con factores psicológicos (estrés, ansiedad, aburrimiento o nerviosismo) o ser un hábito aprendido (por imitación de otros familiares o amigos).
La onicofagia se considera un problema que afecta a varios ámbitos. Destacarían:
1-Estético porque modifica la forma de la uña que se va alterando hasta llegar a desaparecer o ser excesivamente blanda, por ejemplo. También afecta a la morfología de los dedos, que aparecen inflamados y deformados debido al ataque constante que sufren con los dientes y la saliva.
2-Infeccioso porque pueden aparecer infecciones locales causadas por hongos, virus o bacterias que habitan en las uñas. Además, cuando se daña la estructura o se introducen en la boca, pueden penetrar en el organismo y provocar infecciones generalizadas.
3-Dental porque afecta a los dientes deformándolos y favoreciendo la aparición de caries y de daños en la articulación de la mandíbula que pueden resultar muy dolorosos. Además, las alteraciones en la estética dental pueden afectar a la autoimagen y a las interacciones con otras personas.
4-Psicológico porque puede existir alguna alteración de base que pasaría desapercibida si no se diagnostica y se centra la atención en eliminar la onicofagia. Además, la propia imagen de las manos estaría afectada y reduciría la autoestima perjudicando las relaciones sociales.
El perfil de las personas que se muerden las uñas suele asociarse a quienes presentan ansiedad, nerviosismo, estrés, perfeccionismo y dificultades para manejar correctamente el estrés, el aburrimiento o la frustración, por ejemplo.
El tratamiento inicial de la onicofagia se basa en la utilización de productos (no son tóxicos aunque se metan en la boca) que penetran en la uña y generan mal sabor, por lo que reduce el deseo de mordérselas. Son compuestos que se aplican con facilidad, no tienen brillo y favorecen el crecimiento normal de las uñas.
Algunos expertos señalan que sería recomendable intervenir a otros niveles porque la ansiedad por comerse las uñas provoca la adaptación a estos compuestos y dejan de ser eficaces. En muchas ocasiones puede ser necesario solicitar apoyo psicológico profesional para resolver los problemas de base que generan la onicofagia. También es importante el ánimo y apoyo de quienes están alrededor de quien padece el problema sin reprocharle su conducta o hacer que se sienta mal si deciden dejar de comerse las uñas y no lo consiguen. Consulta a tu médico y sigue sus indicaciones.