Las señales silenciosas de tu cuerpo: ¿le estás prestando atención?

Sonia Baños

En esvivir.com hoy queremos que hagas una pausa. Que te escuches de verdad. Porque a veces lo que sentimos como una simple molestia es, en realidad, una alerta suave, una señal de que algo no está del todo en equilibrio. Y cuanto antes la atiendas, mejor te vas a sentir.

11/07/2025

Hay días raros. Te levantas más cansada de lo normal, no te concentras bien o notas que la piel está más apagada, el pelo sin fuerza, o que la digestión no funciona como antes. Nada grave, piensas. Será el estrés, el tiempo, la edad… y sigues con tu día. Pero ...

Hay días raros. Te levantas más cansada de lo normal, no te concentras bien o notas que la piel está más apagada, el pelo sin fuerza, o que la digestión no funciona como antes. Nada grave, piensas. Será el estrés, el tiempo, la edad… y sigues con tu día. Pero ¿y si tu cuerpo estuviera intentando decirte algo?

Cuando el cuerpo habla bajito… pero claro

Nuestro cuerpo guarda más información de la que creemos. Es como ese amiga que nunca grita, pero que cuando habla, conviene escucharla. Muchas señales físicas pequeñas -esas que solemos ignorar- tienen un origen que merece atención. ¿Un cansancio que no se va? Puede ser más que falta de sueño. ¿Cambios en el apetito? Tal vez tu cuerpo está respondiendo al ritmo emocional que llevas. ¿Digestiones pesadas, piel seca o caída del cabello? A veces no es la crema ni la comida, sino algo más profundo.

Y ojo: no se trata de asustarse. Nadie está diciendo que cada síntoma sea grave. Pero sí es importante no normalizarlo todo. Porque vivir con molestias no es vivir bien. Y muchas veces hemos aprendido a callar lo que sentimos también en el cuerpo, como si no tuviéramos derecho a hacer una pausa y cuidarnos.

Algunas señales que no deberías pasar por alto:

  • Uñas que se rompen con facilidad
  • Mareos al levantarte rápido
  • Dolores de cabeza frecuentes sin causa aparente
  • Cambios repentinos en el peso o el apetito
  • Gases o hinchazón, aunque no hayas cambiado la dieta
  • Palpitaciones o sensación de falta de aire leve
  • Dolor en las articulaciones sin motivo claro
     

¿Te suena alguna? No hace falta encender todas las alarmas, pero sí mirar con curiosidad. A veces un simple análisis o una consulta médica resuelve muchas dudas. Otras veces, el cuerpo solo te está pidiendo un poco más de atención: más descanso, más comida real, más aire, más autocuidado.

Y no olvidemos la parte emocional. Porque sí: el cuerpo y la mente están completamente conectados. Una tensión en la mandíbula puede ser estrés acumulado. Un nudo en el estómago puede ser ansiedad. Una espalda tensa puede ser esa carga que llevas sin darte cuenta. Todo eso también se manifiesta. Y tu cuerpo lo refleja antes que tú lo puedas poner en palabras.

No se trata de obsesionarse, sino de conectar contigo. Como cuando notas que algo "no está como siempre". Escuchar tu cuerpo es una forma preciosa de quererte. No como una obligación más, sino como un acto de cuidado real, del bueno, del que empieza con un "¿cómo estoy hoy de verdad?".

Escucharte también es cuidarte
Tu cuerpo te acompaña cada día y te sostiene en todo lo que haces. Si algo no va bien, te lo hará saber. A veces con una señal muy leve, casi imperceptible. Pero ahí está. No lo ignores. Regálate el tiempo de observarte, de pedir ayuda si lo necesitas, de hacer pequeños cambios que te hagan sentir mejor. Porque cuidarte empieza por escucharte. Y tú mereces sentirte bien, por dentro y por fuera.

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