Cómo usar los colores en casa para activar o relajar tu energía 

Sonia Baños

En esvivir.com te invitamos a redescubrir tu casa con otra mirada. Porque el color no es solo una cuestión decorativa: es una herramienta que te ayuda a sentirte mejor y que está literalmente al alcance de tu vista.  

24/07/2025

¿Sabías que los colores que te rodean influyen directamente en tu estado de ánimo, tu concentración y hasta en tu nivel de descanso? Aunque muchas veces los elegimos por estética o por costumbre, lo cierto es que cada color genera una emoción, y aprender a usarlos con intención puede ayudarte ...

¿Sabías que los colores que te rodean influyen directamente en tu estado de ánimo, tu concentración y hasta en tu nivel de descanso? Aunque muchas veces los elegimos por estética o por costumbre, lo cierto es que cada color genera una emoción, y aprender a usarlos con intención puede ayudarte a sentirte mejor en tu propio hogar.

 

Los colores cuidan de ti

Piénsalo un momento: hay lugares en los que te sientes relajada y en paz… y otros en los que no sabes por qué, pero te cuesta concentrarte o te invade cierto nerviosismo. En muchos casos, la clave está en el entorno visual, y especialmente en los colores.

El color actúa a nivel emocional y fisiológico, aunque no siempre seamos conscientes. Algunos tonos relajan el sistema nervioso, otros lo estimulan, algunos calman la ansiedad y otros favorecen la concentración. Por eso, adaptar los colores de tu casa según la función de cada estancia puede ayudarte a alinear el espacio con lo que tú necesitas.

 

Claves para elegir colores según la función de cada estancia

Dormitorio: colores que calman

Este es el espacio más íntimo y reparador de la casa. Lo ideal es que invite al descanso, a la intimidad y al silencio mental.

Tonos como el azul grisáceo, el verde oliva, el beige, el blanco roto o incluso un lavanda muy suave ayudan a reducir la actividad cerebral, bajan el ritmo cardíaco y facilitan la desconexión. Aplicarlos en textiles, paredes o incluso en el mobiliario del dormitorio puede marcar una gran diferencia en cómo descansas.

Salón: equilibrio entre serenidad y energía

El salón suele ser una zona de convivencia, ocio y descanso. Aquí buscamos una atmósfera que sea cálida, acogedora y equilibrada.

Colores como el terracota, el verde salvia, el gris suave, el mostaza apagado o el azul profundo aportan calidez sin sobreestimular, fomentan la conversación y relajan la mirada. Incorporarlos a través de cojines, alfombras o cortinas permite dar toques de color sin saturar visualmente el espacio.

Cocina: colores que activan sin saturar

La cocina es un espacio de creación, movimiento y energía. Pero también debe ser limpio, ordenado y funcional.

Tonos como el blanco, los arenas, el azul claro y toques muy sutiles de rojo suave o coral combinan la limpieza visual con un pequeño impulso de vitalidad que anima a cocinar con gusto. Usar estos colores en azulejos, manteles o pequeños electrodomésticos puede revitalizar el ambiente sin recargarlo.

Despacho o zona de estudio: concentración sin frialdad

Si trabajas desde casa o tienes una zona de lectura o estudio, el color puede ayudarte a concentrarte más y a sentirte más centrada.

Los tonos ideales para este tipo de espacios son el azul marino, el gris claro, el blanco cálido y el verde seco. Todos ellos ayudan a enfocar la mente sin generar tensión visual. Es preferible evitar colores como el rojo intenso o el naranja brillante, que pueden generar hiperactividad o fatiga mental.

Baño: frescura y autocuidado

El baño puede ser un pequeño oasis. Los tonos suaves y frescos invitan al cuidado personal, a la limpieza emocional y a un momento de pausa.

Colores como el blanco, el verde agua, el azul pastel o los tonos piedra amplían visualmente el espacio, transmiten orden y generan una sensación real de frescor. Añadir una planta pequeña, toallas coordinadas o incluso un jarrón decorativo puede acentuar ese efecto de mini spa en casa.

 

Un toque de color, un cambio de energía asegurado

No hace falta pintar toda la casa para empezar a notar los beneficios. A veces, basta con cambiar una colcha, añadir un cuadro, renovar las cortinas o poner un jarrón de color nuevo para transformar la energía de un espacio.

El color es una forma de autocuidado visual y emocional. Usado con intención, puede ayudarte a vivir tu casa de forma más consciente, equilibrada… y a tu favor.

 

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