¿Quién dijo que solo se pueden preparar tablas bonitas para los invitados? A veces, cuidarse también es poner la mesa con mimo, aunque estés sola. Una tabla de desayuno o merienda saludable no solo es una delicia para el cuerpo, también lo es para los sentidos: combina colores, texturas, olores ...
¿Quién dijo que solo se pueden preparar tablas bonitas para los invitados? A veces, cuidarse también es poner la mesa con mimo, aunque estés sola. Una tabla de desayuno o merienda saludable no solo es una delicia para el cuerpo, también lo es para los sentidos: combina colores, texturas, olores y placer visual. Y lo mejor es que no necesitas ser experta ni tener mucho tiempo para montar una.
Cuidarse no siempre pasa por hacer dieta o eliminar alimentos. A veces, pasa por hacer más atractiva tu comida, darte el tiempo de presentarla con gusto y disfrutar del proceso como parte del bienestar diario. Prepararte una tabla puede ser una forma de romper la rutina, mimarte, jugar con los alimentos y comer de forma más consciente.
Además, cuando lo que ves en el plato es colorido, ordenado y apetecible, resulta mucho más fácil tomar decisiones saludables sin esfuerzo.
Lo ideal es combinar alimentos de diferentes grupos para que la tabla no solo sea bonita, sino también nutritiva. Aquí te dejamos los básicos:
1. Frutas frescas
Cortadas, peladas o en su versión más natural. Puedes usar frutas de temporada como fresas, melocotón, uvas, plátano, kiwi o manzana. Si las presentas en rodajas finas, con formas variadas, el resultado es mucho más visual y apetecible.
2. Grasas saludables
Incluye aguacate cortado, crema de cacahuete o almendra, nueces, semillas o incluso un puñado de aceitunas. Estos alimentos aportan saciedad y son clave para la salud hormonal y cerebral.
3. Fuente de proteína
Puedes añadir huevo duro cortado en láminas, yogur natural (en cuencos individuales), hummus, queso fresco o incluso lonchitas de tofu marinado. Son opciones que completan el perfil nutricional de la tabla y evitan los picos de azúcar.
4. Hidratos de carbono de calidad
Tostadas integrales, pan de masa madre en rebanadas, crackers de espelta, tortitas de avena o copos de avena crujiente. Estas opciones aportan energía sostenida y son una base perfecta para untar o acompañar.
5. Algo dulce natural
Dátiles, chips de coco, un poco de miel cruda, trozos de chocolate negro o fruta deshidratada en pequeñas cantidades. Es ese toque dulce que puedes disfrutar sin caer en el azúcar refinado.
6. Un toque especial
Flores comestibles, ramitas de menta, canela espolvoreada, limón rallado o semillas de chía. No alimentan directamente, pero transforman el resultado final y aportan un plus sensorial.
Desayuno para una
En una bandeja pequeña, combina un bol de yogur con granola y fruta, una rebanada de pan con aguacate y huevo, y un café o infusión. Acompaña con unas fresas y un cuadrado de chocolate negro.
Merienda en pareja o con amigas
Usa una tabla de madera o una bandeja grande. Coloca frutas variadas, tostadas, hummus, crema de frutos secos, trozos de queso, nueces, una mermelada natural y una tetera con infusión compartida.
Tabla dulce-salado para un brunch casero
Mezcla elementos dulces y salados. Incluye tortilla francesa cortada en triángulos, hummus, galletas caseras, fruta, crema de almendras, panecillos integrales, rodajas de pepino y unos pistachos. Añade zumo natural o café con bebida vegetal.
Una tabla no tiene por qué ser perfecta ni cara. Puede prepararse con lo que ya tienes en casa, jugando con las combinaciones y la presentación. El objetivo no es impresionar, sino alimentarte con cariño y atención, regalándote un momento bonito aunque estés sola.
Comer bien también es esto: sentarte sin prisas, poner una servilleta bonita, disfrutar del primer bocado con todos los sentidos y sentir que eso también es parte de cuidarte.