Claves para que tu habitación también sea un lugar de autocuidado

Sonia Baños

Dormimos ahí, sí. Pero muchas veces, el dormitorio se convierte en un cajón de sastre emocional: ropa sin doblar, tecnología encendida, cestas de ropa, papeles pendientes… Y con ese entorno, ¿cómo vamos a descansar de verdad? Tu habitación no debería ser solo el lugar donde duermes. Debería ser tu refugio. Un espacio que te abrace, que te baje las revoluciones y que te invite a cuidarte cada noche.

11/08/2025

En esvivir.com te contamos cómo transformar tu dormitorio en un lugar de autocuidado real. Sin reformas, sin grandes compras. Solo con conciencia, intención y pequeños gestos que cambian mucho más de lo que crees.¿Cómo saber si tu dormitorio necesita un cambio?Si te cuesta desconectar por la noche, si te levantas ...

En esvivir.com te contamos cómo transformar tu dormitorio en un lugar de autocuidado real. Sin reformas, sin grandes compras. Solo con conciencia, intención y pequeños gestos que cambian mucho más de lo que crees.

¿Cómo saber si tu dormitorio necesita un cambio?

Si te cuesta desconectar por la noche, si te levantas ya cansada o si te sientes saturada antes de abrir el ojo… probablemente tu habitación no te está ayudando. Mira a tu alrededor y pregúntate:

  • ¿Hay cosas que no deberían estar aquí? (facturas, ropa, bolsas, pantallas…)

  • ¿Sientes calma cuando entras o más bien agobio?

  • ¿Te resulta acogedora o impersonal?

Tu dormitorio no es un trastero ni una oficina. Es tu espacio de descanso. Y puedes empezar a transformarlo desde hoy.

Claves para convertirlo en un espacio de autocuidado

  • Libera espacio visual
    • Menos es más: elimina lo que no usas o lo que te genera ruido mental.
    • Evita tener a la vista cestas de ropa, documentos o tecnología innecesaria.

  • Cuida tu cama como un lugar sagrado
    • Invierte en sábanas suaves que te gusten.
    • Elige colores cálidos o neutros que inviten al descanso.
    • Evita almohadas decorativas si no son prácticas.

  • Iluminación suave y cálida
    • Sustituye luces frías o intensas por lámparas de noche regulables.
    • Intenta apagar las pantallas al menos media hora antes de dormir.

  • Aromas que calman
    • Usa un difusor con aceites esenciales como lavanda, sándalo o naranja dulce.
    • También puedes aplicar unas gotas en la almohada o en el pijama.

  • Ponte cómoda… de verdad
    • Duerme con un pijama que te guste, no con camisetas viejas.
    • Elige tejidos agradables, colores bonitos y cortes cómodos.

  • Decoración significativa
    • Coloca solo lo que te inspire: una planta, una foto, una vela, un libro.
    • Que tu dormitorio refleje quién eres, no lo que debes hacer.

Crea un ritual nocturno

No hace falta complicarse. Un ritual sencillo puede indicarle a tu cuerpo que es hora de parar. Algunas ideas:

  • Apagar el móvil y dejarlo fuera del dormitorio.

  • Poner música suave o una luz tenue.

  • Escribir unas líneas en tu cuaderno.

  • Aplicarte tu crema favorita con mimo.

  • Respirar hondo tres veces antes de acostarte.

No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo tuyo. Esa rutina, si la mantienes, puede convertirse en tu ancla diaria. En ese momento que te conecta contigo antes de dormir.

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Y tu dormitorio puede ayudarte mucho más de lo que imaginas. No necesita ser de revista. Solo necesita cuidarte.



El aguacate en la menopausia: beneficios, recetas y cómo incorporarlo a la dieta
La maternidad sin estatus: por qué nuestra cultura no reconoce a las madres
Reto 30 días para transformar tu vida sin azúcar y sin redes sociales

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy