Cuidado con el multitasking emocional

Sonia Baños

En esvivir.com ponemos palabras a algo que muchas mujeres viven en silencio: el multitasking emocional. Ese esfuerzo constante de estar bien para todos, menos para una misma. Y sí, tiene consecuencias.

22/08/2025

Estás bien. O eso dices. Porque por dentro haces malabares que nadie ve: sostienes a tu familia, acompañas a tus amigas, gestionas el trabajo, cuidas a tu pareja, calmas tensiones... Y mientras tanto, te vas dejando a ti para el final. Eres la que escucha, la que organiza, la que ...

Estás bien. O eso dices. Porque por dentro haces malabares que nadie ve: sostienes a tu familia, acompañas a tus amigas, gestionas el trabajo, cuidas a tu pareja, calmas tensiones... Y mientras tanto, te vas dejando a ti para el final. Eres la que escucha, la que organiza, la que detecta el malestar antes de que se diga en voz alta. Pero cuando siempre estás para todos, ¿quién está para ti?

El desgaste que no se ve… pero se siente

Este tipo de carga no es solo física. Es emocional. Y muchas veces pasa desapercibida porque la hemos normalizado. Pero no es normal.

Multitarea emocional es:

  • Estar siempre disponible para los demás.
  • Anticipar estados de ánimo ajenos.
  • Suavizar conflictos, aunque tú estés agotada.
  • Fingir que estás bien para no incomodar.
  • Cuidar… mientras te descuidas.
     

Este desgaste no se mide en horas, sino en lo que vas perdiendo por dentro. Energía, paciencia, espacio, conexión contigo misma.

¿Estás acompañando o estás cargando?

El primer paso es reconocerlo. Pararte un momento y preguntarte:

  • ¿Estoy escuchando o anulándome?
  • ¿Puedo ser yo o estoy fingiendo bienestar para mantener la paz?
  • ¿Qué parte de mí estoy dejando de lado por cuidar a todo el mundo?
     

Acompañar no es lo mismo que absorber. Y cuando siempre eres tú quien sostiene, el desequilibrio emocional se acaba notando. En tu cuerpo, en tu ánimo, en tu forma de estar.

Aprender a poner límites también es amor

No tienes que responder al segundo.
No tienes que estar disponible siempre.
No tienes que cargar con las emociones de los demás.
No tienes que sonreír cuando no puedes.

Tu bienestar también cuenta. Y cuidarte no necesita justificación. Puedes decir:

  • "Ahora no puedo hablar de esto."
  • "Hoy necesito tiempo para mí."
  • "Prefiero no involucrarme en este tema."
     

Porque cuanto mejor estás tú, más genuino es lo que das. No se trata de dejar de cuidar, sino de hacerlo desde un lugar más sano.

Vuelve a ti. Escúchate. Siente.

El multitasking emocional desconecta. Apagas lo que sientes para encajar en lo que otros necesitan. Pero tu emoción también importa. La que estás evitando. La que has callado. La que se queda en pausa porque "no toca ahora".

Algunas formas sencillas de reconectar contigo:

  • Escribir lo que sientes.
  • Darte un momento de silencio real.
  • Ir a terapia, si lo necesitas.
  • Preguntarte: ¿cómo estoy de verdad?
     

Desde ahí, puedes ayudar sin agotarte. Escuchar sin absorber. Estar sin desbordarte.

Estás a tiempo de soltar

Salir del piloto automático emocional es posible. Se aprende. Empieza preguntándote: ¿esto lo hago por mí o para mantener la calma de los demás?

Si la respuesta es lo segundo, quizás necesites parar. Respirar. Soltar.

Porque ser emocionalmente disponible no significa ser emocionalmente esclava. Y a veces, el mayor acto de amor es dejar de ser la fuerte… para empezar a ser tú.

 

El aguacate en la menopausia: beneficios, recetas y cómo incorporarlo a la dieta
La maternidad sin estatus: por qué nuestra cultura no reconoce a las madres
Reto 30 días para transformar tu vida sin azúcar y sin redes sociales

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy