Estás bien. O eso dices. Porque por dentro haces malabares que nadie ve: sostienes a tu familia, acompañas a tus amigas, gestionas el trabajo, cuidas a tu pareja, calmas tensiones... Y mientras tanto, te vas dejando a ti para el final. Eres la que escucha, la que organiza, la que ...
Estás bien. O eso dices. Porque por dentro haces malabares que nadie ve: sostienes a tu familia, acompañas a tus amigas, gestionas el trabajo, cuidas a tu pareja, calmas tensiones... Y mientras tanto, te vas dejando a ti para el final. Eres la que escucha, la que organiza, la que detecta el malestar antes de que se diga en voz alta. Pero cuando siempre estás para todos, ¿quién está para ti?
Este tipo de carga no es solo física. Es emocional. Y muchas veces pasa desapercibida porque la hemos normalizado. Pero no es normal.
Multitarea emocional es:
Este desgaste no se mide en horas, sino en lo que vas perdiendo por dentro. Energía, paciencia, espacio, conexión contigo misma.
El primer paso es reconocerlo. Pararte un momento y preguntarte:
Acompañar no es lo mismo que absorber. Y cuando siempre eres tú quien sostiene, el desequilibrio emocional se acaba notando. En tu cuerpo, en tu ánimo, en tu forma de estar.
No tienes que responder al segundo.
No tienes que estar disponible siempre.
No tienes que cargar con las emociones de los demás.
No tienes que sonreír cuando no puedes.
Tu bienestar también cuenta. Y cuidarte no necesita justificación. Puedes decir:
Porque cuanto mejor estás tú, más genuino es lo que das. No se trata de dejar de cuidar, sino de hacerlo desde un lugar más sano.
El multitasking emocional desconecta. Apagas lo que sientes para encajar en lo que otros necesitan. Pero tu emoción también importa. La que estás evitando. La que has callado. La que se queda en pausa porque "no toca ahora".
Algunas formas sencillas de reconectar contigo:
Desde ahí, puedes ayudar sin agotarte. Escuchar sin absorber. Estar sin desbordarte.
Salir del piloto automático emocional es posible. Se aprende. Empieza preguntándote: ¿esto lo hago por mí o para mantener la calma de los demás?
Si la respuesta es lo segundo, quizás necesites parar. Respirar. Soltar.
Porque ser emocionalmente disponible no significa ser emocionalmente esclava. Y a veces, el mayor acto de amor es dejar de ser la fuerte… para empezar a ser tú.