Cómo recuperar nuestro espíritu de aprendiz sin vergüenza

Sonia Baños

De niñas aprendíamos sin miedo. Nos caíamos del patinete y volvíamos a subir. Cantábamos mal y nos daba igual. Jugábamos, probábamos, errábamos... y aprendíamos. Pero con el tiempo muchas mujeres caemos en una trampa silenciosa: si no se nos da bien desde el principio, mejor no hacerlo. Como si ya fuera tarde para empezar de cero. Como si equivocarse fuera vergonzoso. Pero no lo es.

26/08/2025

Volver a ser principiante puede ser una de las cosas más sanadoras que puedes hacer por ti. En esvivir.com te animamos a recuperar ese espíritu curioso y valiente. A volver a aprender por el simple placer de hacerlo. Sin presiones. Sin comparaciones. Y sobre todo, sin dejar que el miedo al ...

Volver a ser principiante puede ser una de las cosas más sanadoras que puedes hacer por ti.

En esvivir.com te animamos a recuperar ese espíritu curioso y valiente. A volver a aprender por el simple placer de hacerlo. Sin presiones. Sin comparaciones. Y sobre todo, sin dejar que el miedo al ridículo apague las ganas.

Ser principiante es natural (aunque incomode)

Todo lo que hoy haces con soltura empezó con dudas. Aprender algo nuevo siempre tiene una etapa torpe, lenta, incómoda. Y está bien. Es parte del proceso. No eres menos capaz por equivocarte. Eres humana.

Recuerda:

  • Nadie nace sabiendo.
  • Todo aprendizaje empieza por no saber.
  • Hacerlo mal al principio no significa que no vayas a mejorar.
  • La frustración no es un freno: es una señal de que te importa.
     

Suelta la comparación, abraza tu ritmo

Las redes sociales han distorsionado nuestra percepción del progreso. Ves a alguien pintando, bailando, hablando otro idioma… y crees que tú jamás llegarás ahí. Pero lo que no ves son sus ensayos, sus errores, sus momentos de duda.

En lugar de compararte con otras:

  • Compara tu hoy con tu ayer.
  • Celebra cada avance, por pequeño que sea.
  • Aprecia tu constancia por encima del resultado.
  • Recuerda que aprender no es competir. Es crecer.
     

Elige desde el deseo, no desde la presión

Aprender algo nuevo no debería ser una carga ni una moda. Deja fuera la obligación y conéctate con la curiosidad. ¿Qué te apetece de verdad? ¿Qué te intriga? ¿Qué actividad te haría sonreír aunque no te salga perfecta?

Puedes probar con:

  • Cerámica, aunque no sepas hacer ni una taza.
  • Clases de baile sin preocuparte por el ritmo.
  • Cocina sin recetas exactas.
  • Dibujo, canto, escritura, jardinería… lo que sea que despierte tus ganas.
     

Lo importante no es si lo haces bien. Es si te hace bien.

Aprende con compasión, no con juicio

Cuando tropieces -porque lo harás- cuida cómo te hablas. No digas "soy un desastre". Di "estoy empezando". No pienses "no sirvo para esto". Piensa "ahora me cuesta, pero puedo mejorar".

Cambiar tu lenguaje interno también cambia tu experiencia:

  • Te sientes más capaz.
  • Te das permiso para disfrutar.
  • Fortaleces tu autoestima desde la acción.
  • Demuestras que tu edad no limita tu curiosidad.
     

Y, además, te abre a conocer gente nueva, a romper rutinas y a sentirte viva de otra forma.

Empezar de nuevo también es confiar en ti

Ser principiante no es volver atrás. Es avanzar desde otro lugar. Más libre, más consciente, más tuyo. Así que si llevas tiempo con esa idea rondando -ese taller, ese instrumento, ese idioma—, quizá este sea el momento.

No para hacerlo perfecto. Si no para hacerlo por ti. Porque aún puedes. Porque aún quieres. Y porque no hay nada más valiente que volver a empezar… con ganas.

Mujer del Mes de Octubre: Neus Moya y su revolución con el calzado respetuoso
El aguacate en la menopausia: beneficios, recetas y cómo incorporarlo a la dieta
La maternidad sin estatus: por qué nuestra cultura no reconoce a las madres

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy