Septiembre llega con esa mezcla de energía renovada y agendas apretadas. Empiezan los horarios, los compromisos, las listas de tareas… y muchas veces, nosotras nos quedamos al final de todo. Nos organizamos para cumplir con todo, menos con nosotras mismas. Pero estar ocupada no siempre es estar bien. No lo planifiques ...
Septiembre llega con esa mezcla de energía renovada y agendas apretadas. Empiezan los horarios, los compromisos, las listas de tareas… y muchas veces, nosotras nos quedamos al final de todo. Nos organizamos para cumplir con todo, menos con nosotras mismas. Pero estar ocupada no siempre es estar bien.
No lo planifiques todo. Déjate espacio
Una de las claves del bienestar mental es tener margen. Cuando llenamos cada hueco del día, incluso con cosas agradables, la mente no descansa. Y así llegan el estrés, el cansancio y la sensación de no llegar nunca.
Algunos gestos que ayudan:
Una agenda más ligera no es desorganización. Es respeto por tus límites.
No todo tiene el mismo nivel de urgencia. No todo es imprescindible. Y no pasa nada por no hacerlo todo hoy. El secreto está en distinguir lo importante de lo que simplemente está ahí por inercia.
Puedes probar con esta guía sencilla:
Preguntarte antes de decir que sí es una forma de cuidarte.
Una buena planificación no consiste en rellenar la agenda al máximo, sino en usarla como una herramienta que te dé claridad y tranquilidad. A veces nos obsesionamos con el sistema perfecto y se nos olvida lo más básico: que nos sirva.
Consejos prácticos:
Muchas veces nos organizamos en función de los demás: hijos, trabajo, pareja, familia, compromisos sociales. Y tú, ¿dónde estás?
Hazte estas preguntas al organizar la semana:
Porque no se trata solo de llegar a todo, sino de llegar bien. Sin agotarte en el camino.
No todo lo que haces tiene que ser productivo. No todo lo que agendes tiene que tener un fin útil. A veces, el descanso también es prioridad. El silencio también es actividad. El placer también se agenda.
Y sí, organizarte puede ser una herramienta maravillosa… si te incluye. Si te cuida. Si no olvida que tú también necesitas aire, pausas, presencia.
Así que esta semana, antes de llenar tu agenda, mírala con otros ojos. Con los tuyos. Y recuerda: si hay hueco para todo el mundo menos para ti… la organización no está funcionando.