No lo hagas todo a la vez Uno de los mayores errores que cometemos es querer recuperar todo de golpe: horarios, ejercicio, organización, casa, trabajo, alimentación perfecta, redes ordenadas, armarios a punto… Es demasiado. El cuerpo aún está medio en agosto y la mente quiere correr. Respira. No hace falta volver ...
Uno de los mayores errores que cometemos es querer recuperar todo de golpe: horarios, ejercicio, organización, casa, trabajo, alimentación perfecta, redes ordenadas, armarios a punto… Es demasiado. El cuerpo aún está medio en agosto y la mente quiere correr. Respira. No hace falta volver con todo encajado el día 1.
Puedes empezar por:
Recuperar el ritmo es un proceso, no una obligación inmediata.
El cambio de estación también puede ser un buen momento para revisar qué estás arrastrando. ¿Hay compromisos que ya no te motivan? ¿Personas que te quitan energía? ¿Tareas que podrías delegar?
Una buena forma de empezar septiembre con más calma:
Cerrar ciclos ayuda a empezar con más ligereza.
La vuelta no tiene por qué ser solo obligaciones. A veces, basta con tener algo pequeño que te motive para cambiar el enfoque. No necesitas un gran viaje ni un nuevo proyecto. Tal vez es:
No todo tiene que ser productivo. A veces, lo que más ayuda a sostener la rutina es aquello que simplemente te hace sentir bien.
No hace falta reinventarte. A veces, solo necesitas volver con más intención. Poner música mientras cocinas, caminar sin prisa, mirar el cielo un rato, desayunar sentada. Lo pequeño también sostiene.
Y si te ayuda, recuerda que:
No dejes que el estrés ajeno marque tu ritmo. Tú decides cómo quieres volver. Si puedes darte tregua, si puedes bajar la exigencia, si puedes priorizar el cuidado… septiembre puede convertirse en un nuevo comienzo, sí, pero uno a tu ritmo. Más real. Más tuyo. Más en paz.