La flora o microbiota intestinal constituye un grupo de microorganismos que vive de manera natural en el aparato digestivo y que, según señalan los expertos, tiene efectos beneficiosos para la salud, pudiendo regular la actividad del sistema inmunitario. Está formada por numerosas especies de bacterias diferentes y un grupo minoritario de ...
La flora o microbiota intestinal constituye un grupo de microorganismos que vive de manera natural en el aparato digestivo y que, según señalan los expertos, tiene efectos beneficiosos para la salud, pudiendo regular la actividad del sistema inmunitario. Está formada por numerosas especies de bacterias diferentes y un grupo minoritario de otros microorganismos. En general, cuanto mayor sea la diversidad de especies que conforma la microbiota, mejor será el estado de salud.
Los especialistas señalan que existen numerosos factores relacionados con la composición de la microbiota, estando la mayoría vinculados a la alimentación. La microbiota individual es diferente en cada persona porque los microorganismos que la integran se adaptan al entorno en el que viven y a los nutrientes que tienen en él. La composición microbiana de la microbiota evoluciona a lo largo de la vida en función de la dieta que seguimos, de los fármacos que consumimos y del estilo de vida que disfrutamos. Se produce un fenómeno de competencia en el que la presencia de unas bacterias reduce la de otras, lo que redunda en la creencia de que los hábitos resultan decisivos para la constitución y mantenimiento de la flora intestinal.
Se considera que los desequilibrios de la microbiota podrían aumentar el riesgo de aparición de alergias, asma y enfermedades intestinales inflamatorias. También se ha relacionado con el riesgo de aparición de enfermedades psiquiátricas y neurodegenerativas aunque, actualmente, se desconoce la relación exacta.
Los especialistas señalan que, entre las recomendaciones saludables para cuidar la flora intestinal destacarían:
1-Controlar los niveles de estrés. El intestino tiene una conexión directa con el cerebro que los expertos siguen estudiando.
2-Consumir fibra pues aumenta la diversidad de bacterias de la microbiota Puedes encontrarla en frutas, hortalizas, legumbres o pan integral, por ejemplo. Algunos estudios señalan que las personas que consumen pan integral con un alto contenido en fibra presentan una microbiota más variada que quienes consumen pan blanco elaborado con harinas refinadas.
3-Incluir alimentos específicos. El vino tinto, el chocolate negro y el café, por ejemplo, presentan antioxidantes con propiedades antiinflamatorias que, al ser metabolizados por la microbiota intestinal, generan compuestos que pueden influir en su composición bacteriana. Se recomienda especialmente el consumo de probióticos y prebióticos,
4-Eliminar el consumo de tabaco o alcohol.
5-Evitar el consumo excesivo de alimentos ricos en azúcares y en grasas saturadas.
6-No automedicarse. Se cree que algunos fármacos (antibióticos, fundamentalmente) podrían estar asociados a alteraciones de la microbiota, pues atacan a las bacterias y modifican el ecosistema intestinal.
7-Realizar actividad física de forma regular. Cualquier movimiento que reduzca el sedentarismo se considera adecuado para mantener la salud.
8-Seguir pautas de sueño correctas. Es preciso descansar adecuadamente para conseguir una reposición diaria.