Al igual que al ir a Lisboa uno no quiere irse sin comprar un Pastel de Belém, Sucre Cremat pretende que todo aquel que venga a Barcelona no se vaya sin probar su crema catalana. Su propuesta es sencilla, monográfica, sin artificios ni distracciones. En Sucre Cremat se ofrecen tarritos ...
Al igual que al ir a Lisboa uno no quiere irse sin comprar un Pastel de Belém, Sucre Cremat pretende que todo aquel que venga a Barcelona no se vaya sin probar su crema catalana. Su propuesta es sencilla, monográfica, sin artificios ni distracciones. En Sucre Cremat se ofrecen tarritos de crema catalana de 150 ml., acompañada de un carquinyoli, tanto para llevar como para saborear allí.
Al acercarse a la calle Canvis Vells, muy cerquita de la Basílica de Santa Maria del Mar, ya se huele un agradable olor a caramelo recién quemado. Porque una de las mejores cosas de Sucre Cremat es que todas sus cremas catalanas se queman al momento, creando esa textura crujiente de azúcar quemado que hacen de este postre una delicia.
Sucre Cremat nace de la mano de Mario Quintero y Sofía Fortuna, brasileño y portuguesa de nacimiento respectivamente, pero catalanes de adopción. Ambos, después de muchos años trabajando en el mundo de la hostelería, quisieron crear algo propio que pudiera explicar, especialmente a los que venía de fuera, la cultura culinaria catalana de una forma sencilla, directa y seductora. ¡Y qué mejor forma de hacerlo que con uno de sus postres más icónicos!
"Teníamos claro que debíamos promover el producto local, no solo con lo que vendemos en Sucre Cremat, sino con todo. Desde los ingredientes hasta todos los complementos que ofrecemos. Así, tenemos carquinyolis que traemos de Tarragona de la casa El Cobo, cafés de especialidad que son de Cafès La Finca, incluso los sets de regalo, que son de cerámicas Regàs, de Sant Celoni. También usamos leche y nata catalanas, de Llet Nostra, Ous de l'Estany, de Girona, y Sucre Bo. Todo producto local", explica Sofía.
Sucre Cremat es un pequeño homenaje a la crema catalana en particular y a la cocina catalana en general. Pero también es un pequeño tributo a la bisabuela y al abuelo de Mario, quienes vivían precisamente en el Born donde se ubica ahora su establecimiento.
Sucre Cremat acaba de abrir sus puertas, pero quiere convertirse en todo un referente de la ciudad, para colocar la crema catalana en el lugar en el que se merece. Un dulce que permanece en la memoria gustativa de todo un territorio y que quiere presentarse al mundo, acercándose a todos los turistas que visitan la ciudad. La base de Sucre Cremat es la crema catalana, a la que puedes acompañar de toppings como frambuesa, pistacho o lotus, para darle a la receta tradicional un nuevo aire. Pero también puedes encontrar cafés y hasta un helado de crema catalana, ideal para los días de calor.
Y, aunque la receta de la Crema Catalana de Sucre Cremat cuenta con un secreto que la hace más suave de lo habitual, su sabor sigue siendo una receta tradicional con siglos de historia que ha ido pasando de padres a hijos y formando parte de las fiestas y reuniones familiares de todo un territorio. Una tradición muy unida al día de San José, cuyos orígenes se remontan al menos al siglo XIV, donde su receta aparece por primera vez en un escrito en el Llibre de Sent Soví, una de las obras fundamentales de la cocina medieval catalana.