En este proceso, los juguetes educativos se convierten en un gran aliado. Más allá del entretenimiento, ayudan a recuperar rutinas, entrenar la concentración y favorecer la socialización de una manera natural y divertida. 4 súper efectos de un buen juguete Lidia Abián, psicóloga y colaboradora de Colorbaby, explica los beneficios de incorporar ...
En este proceso, los juguetes educativos se convierten en un gran aliado. Más allá del entretenimiento, ayudan a recuperar rutinas, entrenar la concentración y favorecer la socialización de una manera natural y divertida.
Lidia Abián, psicóloga y colaboradora de Colorbaby, explica los beneficios de incorporar el juego en la vuelta al cole y subraya: «El juego tiene un potente efecto motivacional: los niños lo perciben como algo divertido y no como una obligación, lo que favorece que participen activamente y se impliquen en la adquisición de rutinas saludables».
Puzzles, juegos de lógica o construcciones no solo entretienen: requieren paciencia, observación y constancia. Practicarlos a diario ayuda a los niños a mantener la atención durante más tiempo, un reto clave tras las vacaciones.
Calendarios, agendas infantiles o juegos que trabajan la planificación permiten introducir rutinas de estudio de forma lúdica. Visualizar horarios y actividades con pegatinas o colores convierte la organización en un juego que los niños asumen con mayor naturalidad.
La vuelta al cole también es un desafío social: nuevos compañeros, normas y dinámicas de grupo. Juegos de mesa clásicos o propuestas cooperativas enseñan a respetar turnos, negociar y valorar el trabajo conjunto. Además, refuerzan la cohesión en los primeros días de clase.
El inicio del curso suele ir acompañado de nervios o timidez. Los juguetes creativos, manualidades, dibujo o construcción libre, ofrecen un espacio seguro para expresar emociones. Crear algo propio fortalece la autoestima y da confianza para afrontar lo nuevo.
El regreso a las aulas no tiene por qué hacerse cuesta arriba. Los juguetes educativos ofrecen la mezcla justa de disciplina y diversión para acompañar a los niños en este momento de cambio. Porque septiembre no es solo volver a clase: también es volver a aprender a organizarse, a convivir y a descubrir que, con juego de por medio, todo resulta más fácil.