Entre las opciones más efectivas para devolver la luminosidad a la piel se encuentran los peelings, pero surge la duda: ¿es mejor un peeling enzimático o un peeling químico? La esteticista Eva Collar, fundadora de los Centros de Estética Marquessa, nos explica las diferencias y cuál elegir según las necesidades ...
Entre las opciones más efectivas para devolver la luminosidad a la piel se encuentran los peelings, pero surge la duda: ¿es mejor un peeling enzimático o un peeling químico? La esteticista Eva Collar, fundadora de los Centros de Estética Marquessa, nos explica las diferencias y cuál elegir según las necesidades de la piel.
El peeling enzimático es una exfoliación natural, no abrasiva, que trabaja a nivel superficial con una acción bioquímica suave. Se basa en enzimas de frutas como la papaya o la piña, capaces de eliminar células muertas sin agredir la piel.
A diferencia de una exfoliación mecánica, el peeling enzimático es más respetuoso y ayuda a uniformizar el tono, suavizar la textura y controlar el exceso de sebo. Además, respeta el microbioma cutáneo y no provoca efectos secundarios, lo que lo convierte en un tratamiento perfecto para pieles sensibles, reactivas o con rosácea. También es ideal como mantenimiento regular para evitar que la piel luzca apagada.
El peeling químico utiliza ácidos como el glicólico o el salicílico. Dependiendo de su concentración y aplicación, puede ofrecer desde exfoliaciones superficiales que mejoran la textura y luminosidad, hasta tratamientos más profundos que estimulan el colágeno, atenúan manchas o reducen cicatrices.
Sin embargo, al actuar con más intensidad, puede provocar efectos como enrojecimiento, descamación o sensación de ardor. Por este motivo, debe realizarse bajo supervisión profesional, y en algunos casos (según la concentración) únicamente por médicos estéticos.
El otoño es la época ideal para este tipo de tratamientos gracias a dos factores clave: menor radiación solar y un clima más estable. Esto reduce el riesgo de hiperpigmentación y favorece una mejor recuperación de la piel.
Peeling enzimático: recomendado para pieles sensibles, reactivas o con tendencia a irritarse. Es perfecto para devolver la luminosidad, unificar el tono y mantener la piel saludable de manera continua.
Peeling químico: más adecuado para pieles grasas, con acné activo, poros dilatados o manchas solares. Los ácidos como el salicílico penetran en los poros, regulan el sebo y ayudan a reducir imperfecciones. También es ideal para pieles fotoenvejecidas o con líneas finas, ya que actúa en capas más profundas y estimula la renovación celular.
Sea cual sea el tipo de peeling elegido, Eva Collar recuerda que la piel no debe tratarse como un experimento de prueba y error. Es fundamental una evaluación personalizada que determine el tipo, la concentración y la frecuencia más adecuados para cada persona.
Además, los cuidados posteriores son esenciales: hidratación intensa, mascarillas calmantes y, sobre todo, uso diario de protector solar para proteger la piel recién renovada.
Con más de 14 años de trayectoria, los Centros de Estética y Belleza Marquessa en Oviedo y Gijón son un referente en tratamientos de vanguardia. Fundados por Eva Collar, están especializados en el cuidado de la piel, rejuvenecimiento facial, reducción de celulitis y grasa localizada, siempre con un enfoque en la excelencia y la atención personalizada.