Europa enfrenta un serio problema de fertilidad. En 2024, la tasa de fecundidad en la Unión Europea se mantuvo en 1,38 hijos por mujer, una cifra que ha descendido drásticamente en las últimas décadas y que tiene un impacto directo en el envejecimiento de la población del continente. Aunque la media ...
Europa enfrenta un serio problema de fertilidad. En 2024, la tasa de fecundidad en la Unión Europea se mantuvo en 1,38 hijos por mujer, una cifra que ha descendido drásticamente en las últimas décadas y que tiene un impacto directo en el envejecimiento de la población del continente.
Aunque la media europea es baja, existen diferencias significativas entre países. Curiosamente, aquellos Estados con políticas de fertilidad más inclusivas han logrado aumentar su tasa de fecundidad. Según datos de Eurostat, Francia lidera la tasa de fertilidad en la UE, junto a Rumanía y Bulgaria. No es casualidad: Francia también se encuentra entre los países con mejor puntuación en el ranking de políticas de fertilidad elaborado por la organización Fertility Europe.
Este ranking analiza aspectos como la legislación, la financiación y la experiencia del paciente, incluyendo criterios como el acceso a tratamientos, la existencia de límites financieros, las listas de espera o la disponibilidad de apoyo psicológico.
Según el informe, Bélgica es el país de la UE con las políticas más inclusivas en materia de fertilidad, con una puntuación de 89,5. Le siguen Países Bajos, Francia, Dinamarca, Finlandia y Portugal.
España se sitúa en el puesto 14, por delante de Italia y Reino Unido
En cuanto a España, ocupa el puesto 14, con una puntuación de 65,2, por delante de países como Italia, Reino Unido o Grecia, pero por detrás de otros como Hungría, Croacia, Alemania o Irlanda.
Dos de los principales desafíos que enfrenta España en esta materia son: las listas de espera de más de 12 meses para acceder a tratamientos de fertilidad, y la falta de apoyo psicológico público y gratuito. Además, el informe de Fertility Europe advierte sobre la desigualdad territorial, ya que las políticas de fertilidad varían considerablemente entre comunidades autónomas debido a la descentralización de las competencias sanitarias.