Shrekking: el arte de enamorarse más allá de la belleza perfecta

J.Lizcano

En el mundo de las citas y las aplicaciones de ligue, donde la apariencia suele ser la primera carta de presentación, ha surgido un fenómeno curioso que se ha vuelto tendencia: el "shrekking".

16/09/2025

El término nace de la comparación con Shrek, el famoso ogro verde de las películas animadas, que conquista a la princesa Fiona a pesar de no cumplir con los estándares clásicos de belleza. La idea es simple: elegir salir con alguien considerado "menos atractivo" físicamente, pero que ofrece cualidades emocionales, ...

El término nace de la comparación con Shrek, el famoso ogro verde de las películas animadas, que conquista a la princesa Fiona a pesar de no cumplir con los estándares clásicos de belleza. La idea es simple: elegir salir con alguien considerado "menos atractivo" físicamente, pero que ofrece cualidades emocionales, de carácter y de compatibilidad que superan cualquier diferencia estética.

Aunque el concepto se ha popularizado en redes sociales, lo cierto es que no es nuevo. Desde hace décadas se observa que muchas parejas no coinciden en cuanto a atractivo físico, pero logran relaciones estables y felices. Lo interesante es que hoy se le da un nombre y, sobre todo, se empieza a analizar como una elección consciente, no como una "casualidad".

¿Qué significa realmente el shrekking?

El shrekking no se trata de "conformarse" o "bajar el nivel" en términos de belleza, como algunos lo caricaturizan, sino de priorizar otros factores al elegir pareja. En un contexto donde muchas personas sienten la presión de lucir perfectas en fotos de Instagram o perfiles de Tinder, optar por alguien que no cumpla con esos estándares pero que aporte seguridad, humor, ternura o estabilidad puede resultar liberador.

En pocas palabras, el shrekking es un acto de rebelión contra la dictadura de la apariencia y una apuesta por relaciones más auténticas.

¿Por qué algunas personas prefieren esta opción?

Existen varias razones por las que el shrekking ha ganado terreno:

- Menos presión estética. Estar con alguien que no encaja en el molde del "físico perfecto" reduce la ansiedad por tener que estar siempre impecable. Se crea un espacio más relajado y realista.

- Mayor seguridad emocional. Algunas personas creen que salir con alguien muy atractivo puede generar inseguridad o miedo a la competencia constante. En cambio, con un compañero que se percibe como "normal" o "corriente", esa tensión disminuye.

- Énfasis en lo que realmente importa. El humor, la empatía, la compatibilidad de valores y el apoyo emocional pesan más en la vida cotidiana que unos abdominales marcados o un rostro simétrico.

- Rechazo a los estereotipos. El shrekking también puede ser un gesto consciente de desafiar los cánones de belleza impuestos. Es decir: dejar de jugar según las reglas de la cultura visual y priorizar lo que de verdad conecta.

Como toda tendencia, el shrekking también genera polémica. Para algunos críticos, hablar de "salir con alguien menos atractivo" refuerza una jerarquía dañina: implica que hay una escala de belleza objetiva y universal que todos comparten, cuando en realidad la atracción es subjetiva. Además, puede interpretarse como condescendiente, como si la persona "más guapa" estuviera haciendo un favor al otro.

Otro riesgo es que, si se adopta solo como moda, se termine instrumentalizando a las personas: "salgo con alguien menos atractivo porque está de moda ser distinto", lo cual no deja de ser superficial.

¿Moda pasajera o cambio cultural?

Lo más interesante de este fenómeno es que refleja un cansancio colectivo con la hiperfocalización en la apariencia. Las aplicaciones de citas han intensificado el juicio rápido basado en fotos, y eso ha generado frustración. El shrekking, entonces, aparece como un contrapeso: un recordatorio de que una relación no se sostiene por un "match" de atractivo físico, sino por la conexión emocional y la compatibilidad diaria.

Aunque es probable que la palabra "shrekking" desaparezca con el tiempo, el mensaje que transmite podría quedarse: la belleza es relativa, pero la complicidad, el respeto y la risa compartida son invaluables.

El shrekking no es un manual de cómo elegir pareja, ni significa que haya que "bajar estándares", sino que invita a reflexionar sobre qué priorizamos al enamorarnos. ¿De qué sirve estar con alguien que cumple con todos los estándares de belleza si no nos hace sentir cómodos, seguros o felices?

En un mundo donde la imagen se consume en segundos y los filtros marcan la pauta, quizá la verdadera revolución sea mirar más allá de la superficie y recordar que, como Shrek nos enseñó hace años, el amor florece en los lugares más inesperados.

 

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