Según el I Estudio "Los Españoles y el Gimnasio", elaborado por Planet Fitness, muchos de los obstáculos para mantener la constancia no son físicos, sino mentales: cerca del 60% de los usuarios ha experimentado gymtimidation, sensación de incomodidad al entrenar por su forma física, el 44% señala la pereza como ...
Según el I Estudio "Los Españoles y el Gimnasio", elaborado por Planet Fitness, muchos de los obstáculos para mantener la constancia no son físicos, sino mentales: cerca del 60% de los usuarios ha experimentado gymtimidation, sensación de incomodidad al entrenar por su forma física, el 44% señala la pereza como la principal barrera y el 21% admite que se activa y desactiva a lo largo del año. Datos que reflejan cómo los bloqueos internos son los que más pesan a la hora de volver al gimnasio.
Mar Mallols, experta en fitness, comparte su visión sobre cómo retomar la actividad física sin frustración: "Empieza poco a poco, a tu ritmo, y lo más importante, sin compararte ni exigirte de más. Cada paso, por pequeño que sea, ya es un avance. Lo que buscamos es disfrutar del proceso y que cada persona sienta que el gimnasio es un espacio para cuidarse, no para castigarse".
5 trampas mentales (y cómo salir de ellas):
La obsesión con la báscula es como querer que te cuenten el final de una serie en el primer capítulo. La ansiedad por resultados rápidos solo te quita motivación.
La solución pasa por cambiar el foco: céntrate en hábitos simples como venir tres veces por semana, beber más agua o dormir mejor. El peso bajará como consecuencia, no como obsesión.
Pensar que el gimnasio funciona como Netflix -cuanto más lo usas, mejor- es un error. El descanso también forma parte del progreso.
Lo importante es la constancia: más no siempre es mejor.
El clásico "me desintoxico una semana y luego voy al gym" acaba en hambre, frustración y abandono.
Recuerda que los castigos no funcionan. Lo más efectivo es recuperar poco a poco tus rutinas de alimentación y ejercicio. El equilibrio gana siempre a los extremos.
Pensar que primero necesitas motivación y además no tienes hueco es la receta para posponer indefinidamente.
Ten en cuenta que la motivación aparece después de moverte, no antes. Y no necesitas dos horas: con 20-30 minutos, dos o tres veces por semana, ya generas un hábito real.
Creer que todo tu progreso se ha esfumado convierte el gym en un castigo.
La realidad es que el cuerpo tiene memoria: no arrancas desde cero, sino desde una pausa. En pocas semanas volverás a sentirte como antes.