A pesar de las diferencias existentes entre celos y envidia, en la vida diaria, pueden superponerse ambas expresiones porque la palabra celos expresa más sentimientos y conductas, es más ambigua y se suele utilizar como sinónimo de envidia. Se describen los celos como la respuesta emocional que surge cuando una persona ...
A pesar de las diferencias existentes entre celos y envidia, en la vida diaria, pueden superponerse ambas expresiones porque la palabra celos expresa más sentimientos y conductas, es más ambigua y se suele utilizar como sinónimo de envidia.
Se describen los celos como la respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera de su propiedad (como sucede con los vínculos y las relaciones personales) por lo que se presentan cuando la persona experimenta un sentimiento de pérdida y/o abandono. La envidia describe el deseo de poseer un bien material o un atributo que otra persona posee y resulta apetecible.
El malestar que generan ambos sentimientos es similar, aunque se produce a partir de situaciones diferentes. De manera general, los celos expresan el miedo a perder una relación ya existente y a que otra persona resulte de interés para la persona a la que el celoso ama. La envidia se basa en la posibilidad y el deseo de conseguir algo que la otra persona ya posee.
La forma en la que las personas intentan superar celos y envidia es similar. Las personas envidiosas se enfrentan al malestar ignorando o destruyendo, en sentido imaginario o real, lo que envidian. De manera general, seleccionan con cuidado a las personas cercanas de confianza, evitando que posean bienes o cualidades que les resultan deseables, subestimando o despreciando los bienes o cualidades personales que, en realidad, envidian. En este mismo sentido, una reacción habitual de las personas celosas es atacar o denigrar al posible rival.
A pesar de las similitudes, una diferencia destacable es que, en general, la envidia no suele ser una emoción tan intensa y poderosa como los celos, en los que, aunque no es la única manera que tienen de evolucionar y resolverse, las actitudes destructivas pueden llegar a ser violentas. Además, en los celos suelen estar presentes tres personas (la persona celosa, la persona amada y la persona considerada rival) y, normalmente, se manifiestan en la intimidad. La envidia solo necesita dos ejes (la persona envidiosa y la persona o cosa que genera envidia).
Celos y envidia suelen generar malestar en la persona que lo siente y en su entorno. Aprender a gestionarlas puede ayudar a reconducirlas hacia otras formas más constructivas a nivel personal ya que pueden funcionar como emociones que facilitan que podamos conseguir nuestros objetivos. Consulta a un especialista y sigue sus indicaciones.