Faldas de tablas, mocasines, polos, chaquetas de punto y camisas con cuello vuelven a estar en el radar de las fashionistas, pero esta vez con un giro contemporáneo que lo hace más versátil y menos rígido. El término "preppy" viene de preparatory school, los colegios privados en Estados Unidos a los ...
Faldas de tablas, mocasines, polos, chaquetas de punto y camisas con cuello vuelven a estar en el radar de las fashionistas, pero esta vez con un giro contemporáneo que lo hace más versátil y menos rígido.
El término "preppy" viene de preparatory school, los colegios privados en Estados Unidos a los que acudían los hijos de familias acomodadas antes de ir a universidades como Harvard o Yale. La forma de vestir de estos jóvenes, pulcra, refinada y con claras referencias deportivas, se convirtió en un símbolo de estatus, y pronto se consolidó como una estética propia.
Por eso, este estilo se caracteriza por su aire ordenado y juvenil: blazers bien cortados, polos con cuellos almidonados, suéteres sobre los hombros, faldas plisadas, pantalones rectos, diademas, mocasines y tonos neutros con toques de color vivo (como el rojo, verde o azul marino). Era la versión estadounidense de la elegancia británica de los internados, con un toque relajado, pero siempre impecable.
¿Por qué vuelve a ser tendencia?
En plena era de la moda rápida y los looks desenfadados, el estilo preppy aporta un soplo de frescura nostálgica. Influencers y celebridades lo han rescatado porque encarna una mezcla difícil de conseguir: comodidad, sofisticación y aire juvenil. Algunas razones de su regreso son:
- El auge del "old money aesthetic": el interés por la moda que transmite discreción, buen gusto y cierto aire de exclusividad ha hecho que prendas clásicas como blazers, mocasines o camisas de rayas vuelvan a estar de moda.
- Series y referentes culturales: producciones como Gossip Girl o más recientemente el revival del colegial chic en TikTok han impulsado el regreso de esta estética. Blair Waldorf, con sus diademas y faldas de cuadros, sigue siendo una musa preppy por excelencia.
- Versatilidad: hoy en día, el estilo se adapta mejor a la vida cotidiana. Puedes llevar un polo oversize con vaqueros y sneakers, o combinar una falda de tablas con una chaqueta bomber, dándole un giro urbano.
- Lo clásico: frente a las modas pasajeras, el preppy propone un guardarropa con básicos atemporales, lo que lo hace sostenible y fácil de mantener.
Claves para lograr un look preppy actual
Si quieres incorporar el estilo preppy a tu día a día, no necesitas un uniforme escolar ni un presupuesto de élite. Aquí tienes algunas ideas para modernizarlo:
- Camisas y polos: úsalos abiertos sobre tops o crop tops para un aire más relajado.
- Faldas plisadas o de cuadros: combínalas con botas altas o zapatillas chunky para restarles formalidad.
- Blazers y suéteres: apuesta por cortes oversize o colores inesperados (como pastel o neón) para darles un toque contemporáneo.
- Accesorios clave: diademas acolchadas, calcetines blancos visibles y bolsos estructurados.
- Mocasines reinventados: con plataforma o suela track, son el complemento perfecto para actualizar cualquier look.
El secreto está en equilibrar lo clásico con lo moderno. Si llevas una falda de tablas, combínala con una camiseta con logo o una chaqueta de cuero. Si apuestas por un blazer de corte impecable, puedes restarle seriedad con vaqueros rotos o sneakers. La clave es evitar caer en un look demasiado rígido y jugar con las mezclas.
El estilo preppy es más que una tendencia pasajera: es un lenguaje de moda que combina tradición y modernidad, pulcritud y frescura. Su encanto está en que se reinventa constantemente sin perder su esencia, y eso lo convierte en una apuesta segura para quienes buscan un look elegante pero desenfadado.
Así que, si todavía no tienes en tu armario una falda plisada, un par de mocasines o un blazer versátil, quizá sea el momento de darle una oportunidad a esta estética. El preppy vuelve, y esta vez lo hace para quedarse.