A menudo, tendemos a pensar que si trabajamos duro, el reconocimiento (y el aumento) llegará solo. Pero la realidad es otra: en la mayoría de los casos, quien no lo pide… no lo recibe. Negociar un aumento no es una cuestión de suerte, sino de estrategia, preparación y confianza. Si estás ...
A menudo, tendemos a pensar que si trabajamos duro, el reconocimiento (y el aumento) llegará solo. Pero la realidad es otra: en la mayoría de los casos, quien no lo pide… no lo recibe. Negociar un aumento no es una cuestión de suerte, sino de estrategia, preparación y confianza.
Si estás pensando en dar ese paso, aquí tienes una guía clara para hacerlo de manera efectiva y con seguridad.
Cree en tu valor (y haz los números)
Antes de hablar con tu jefe o jefa, el primer paso es convencerte a ti misma de que mereces ese aumento. No se trata de arrogancia, sino de reconocer tus logros, tu experiencia y el valor que aportas.
Haz una lista concreta de tus contribuciones durante el último año:
- Proyectos que lideraste o en los que tu rol fue clave.
- Metas alcanzadas o superadas.
- Mejoras en procesos, ventas, productividad u otros indicadores.
- Testimonios o reconocimientos internos.
Además, investiga el mercado: revisa portales de empleo, informes salariales o habla con colegas de confianza para saber cuál es el rango salarial de tu puesto en empresas similares. Tener datos objetivos te dará fuerza para negociar.
Elige el momento adecuado
Pedir un aumento en medio de una crisis interna o cuando tu jefe está saturado no es la mejor estrategia. Busca un momento oportuno, por ejemplo, después de haber logrado un objetivo importante, durante evaluaciones de desempeño o en un momento de estabilidad económica de la empresa.
Pedirlo cuando tu trabajo reciente está fresco en la memoria de tus superiores puede marcar la diferencia.
Prepara tu "pitch" como si fuera una presentación
No improvises. La clave de una buena negociación es preparar un discurso claro, breve y convincente. Practícalo varias veces (incluso frente al espejo). Tu mensaje debería incluir:
- Un inicio amable y directo.
- La exposición de tus logros con ejemplos concretos.
- Datos de mercado para sustentar tu petición.
- La cifra o el rango salarial que estás solicitando.
Evita justificar tu solicitud solo en necesidades personales ("tengo más gastos", "me gustaría viajar más"). Enfócate en tu aporte profesional y en cómo has contribuido al éxito de la empresa.
Cuida el lenguaje verbal y no verbal
Tu actitud comunica tanto como tus palabras. Mantén una postura erguida, contacto visual y una voz firme, sin sonar agresiva. Sonríe, respira profundo y recuerda que estás defendiendo tu valor, no pidiendo un favor.
Evita frases que resten fuerza, como "No sé si sería posible, pero…"; "Perdón por molestar…"; "Solo quería preguntar…", etc., y en su lugar utiliza un lenguaje positivo y seguro: "Me gustaría conversar sobre mi evolución profesional y mi compensación"; "Estoy convencida de que mi trabajo ha tenido un impacto positivo en estos puntos…"; "Considero que es el momento adecuado para revisar mi salario".
Prepárate para negociar
Puede que te digan que no de inmediato o que te ofrezcan menos de lo que esperabas. Por eso, es importante tener un plan B. Porque la negociación no es un enfrentamiento, sino una conversación estratégica.
- Define de antemano tu mínimo aceptable.
- Considera beneficios alternativos: más días de vacaciones, flexibilidad horaria, bonos por resultados, formación profesional, etc.
- Si la respuesta es "no por ahora", pide una revisión futura con objetivos claros y acordados por ambas partes.
Celebra el paso
Negociar un aumento es un acto de valentía. Incluso si no obtienes exactamente lo que esperabas, habrás ganado visibilidad, mostrado liderazgo y sentado las bases para futuras conversaciones.
Y recuerda que pedir un aumento no te hace problemática, te hace profesional. Y cada vez que lo haces, contribuyes a cerrar brechas salariales y a inspirar a otras mujeres a hacer lo mismo.
Negociar un aumento con éxito requiere preparación, confianza y estrategia. Cree en tu valor, elige el momento adecuado, presenta tus logros con claridad y mantén una actitud segura. La próxima vez que pienses "quizás debería pedir un aumento", no lo dudes: ¡hazlo!