La música y el movimiento se han asociado desde tiempos ancestrales. En culturas como la africana, por ejemplo, la música se acompaña siempre de movimiento. El hecho de escuchar música sin asociarla al movimiento es una tradición reciente surgida en el mundo occidental. Estudios recientes señalan el carácter multisensorial de ...
La música y el movimiento se han asociado desde tiempos ancestrales. En culturas como la africana, por ejemplo, la música se acompaña siempre de movimiento. El hecho de escuchar música sin asociarla al movimiento es una tradición reciente surgida en el mundo occidental. Estudios recientes señalan el carácter multisensorial de la experiencia musical, pues demuestran que la percepción del ritmo musical está vinculada al movimiento, percibido mediante los sistemas vestibular y propioceptivo del organismo.
Se han realizado numerosos estudios que intentan demostrar la influencia que la música ejerce sobre las personas a varios niveles. De manera general, la música actúa sobre el cerebro. En el hipocampo y la amígdala se activan las respuestas emocionales a la música que escuchaos a través de la memoria. En el sistema límbico se genera el placer, la motivación y la recompensa. A este nivel también se activa el sistema motor del cuerpo.
Se recomienda escuchar música y/o tocar algún instrumento a niños y jóvenes, porque el estudio de la música y la práctica instrumental resultan beneficiosos para su desarrollo integral. Realizar en edades tempranas actividades de música y movimiento les ayudará a desarrollar y potenciar la concentración, la discriminación auditiva, la escucha activa y la psicomotricidad a través del canto, la danza, el juego y la interpretación de canciones populares con instrumentos adecuados a sus capacidades.
Los especialistas señalan que, entre los beneficios del aprendizaje de música a edades tempranas destacarían:
1-Estimula las capacidades motoras de los niños. El movimiento que ejecutan en el baile mejora su equilibrio, su coordinación y la noción del espacio. Estas habilidades se incrementan cuando empiezan a tocar un instrumento porque implica la ejecución de movimientos coordinados.
2-Aumenta la autoestima de quienes la escuchan y la tocan.
3-Genera emoción. Las emociones facilitan entender y relacionarnos con el entorno y participan en la elaboración de nuestra personalidad. Las emociones y la música comparten la misma región del cerebro (el córtex prefrontal), lo que explica que la música sea capaz de generarlas.
4-Algunas investigaciones sugieren que escuchar música clásica a diario podría reducir los efectos de la depresión y la ansiedad.
5-Escuchar e integrar estructuras armónicas complejas, potencia el desarrollo cognitivo, aumenta la capacidad intelectual, incrementa el potencial de creatividad, favorece el aprendizaje y aumenta el pensamiento crítico.
6-Facilita el desarrollo de capacidades fundamentales para la persona (la atención, la concentración, la memoria, la tolerancia, el autocontrol y la sensibilidad).
7-Favorece el aprendizaje de diferentes lenguas, matemáticas, historia y valores estéticos y sociales.
8-Contribuye al desarrollo intelectual, afectivo, interpersonal, psicomotor, físico y neurológico.